El temporal que nos castiga ha puesto de moda el sombrero adaptable, que evita la odisea del paraguas cuando azota la galerna. Para días de bonanza quedan el borsalino, el chambergo, el panamá o el tirolés que, con los tirantes, puso de moda Fraga. Los tirantes fueron, en definitiva, el triunfo del conservadurismo. Todas las variaciones del sombrero tuvieron como antecedentes el gorro frigio persa al que, posteriormente, pusieron alas los griegos; alas que quiere alentar Varoufakis, aquel arrogante ministro de Economía, defenestrado por Tsipras. Varoufakis ha convocado en Berlín a las "ciudades rebeldes" en un movimiento "democratizador" de la Unión Europea. Y allá se fue nuestro alcalde, don Xulio, siempre desenfadado; poco amigo del convencionalismo y cultor del idioma alemán, acudió a contar su experiencia y someterse al inevitable sachlich, palabra teutona que compendia sobriedad, concisión y otras normas puntillosas de organización que no pueden improvisarse ni están sujetas a dictados personales. La Coruña, desde el ámbito municipal, ofrece un estado carencial en la gestión y cierta desgana, que debieran ser reemplazadas por la lucidez y la emoción, es decir, el sachlich alemán que echamos de nuestro Consistorio. En la vida pública ha de haber un poco de magia y menos populachería discursiva. Las palabras mágicas no suelen ser complicadas, basta saber decirlas en forma y a su tiempo. Es este uno de los rasgos distintivos de quienes, además de idoneidad y talento, entienden que la vida pública es más cómoda si se basa en la cortesía.

Otrosidigo

Se han cumplido quince años del derribo de uno de los edificios más singulares de La Coruña, el asilo de ancianos, sito en la calle Adelaida Muro, en el paseo marítimo. Hasta la fecha se desconoce el destino de su valioso maderamen. Se admiten pistas.