La Copa del Rey de baloncesto, celebrada en La Coruña, pasará a la historia como uno de los acontecimientos deportivos más relevantes del año. Mientras los partidos políticos andaban a garrotazos, Galicia confraternizaba en el Coliseum coruñés y el comercio local sumaba sus dividendos. Nuestro alcalde, con su porte desenfadado, estuvo presente en la final situado entre Núñez Feijóo de Friday casual y don Florentino, presidente del Real Madrid. Don Xulio parece entender que la simulación del descuido es un aspecto notorio del dandismo, a tenor de lo que expresa el diccionario italiano del dandi. La corbata se ha convertido en el símbolo de una práctica corporativa; su ausencia en los telediarios, un signo de democracia. Como el típico demócrata americano, descrito por Camba (los presentadores televisivos no ponen la "soga" al cuello), que justifica el mal gusto y el atrevimiento en sus principios democráticos. Hoy solo lucen la corbata los entrenadores foráneos y los vendedores de El Corte Inglés. Pablo Iglesias hizo una excepción durante los Goya; doña Manuela Carmena lució la chistera, en su hontanar carnavalesco de ocurrencias. Más que gestos de humor, Iglesias y Carmena simulaban aspavientos, porque el humor comienza desde la verdad. En el Coliseum coruñés, el sentimental Miudiño fue un homenaje a Galicia, que contagió al espectador mediante la agitación de bufandas. El bufandeo se destapa como un lenguaje de relación deportiva, ajeno al código de vestimenta que impone fatigosamente la moda. Vestirse de modo ortodoxo, como conviene a cada ocasión, es una de las servidumbres sociales que más condicionan nuestro comportamiento. Nada más agobiante que el ajustado traje de luces, ceñido por la seda y el hilo de oro, símbolos de la fibra heroica del propio torero.

Otrosidigo

La ministrad de Fomento en funciones, en su visita relámpago, dejó muy claro que el importe de la venta de los solares portuarios será aplicada a paliar el coste de punta Langosteira. La señora Pastor nada dijo de las ayudas a la navegación aérea del aeropuerto de Alvedro; nadie se lo preguntó.