El alcalde de Santiago ha solicitado del titular de la Xunta la revisión de la actual coordinación aeroportuaria, con objeto de incrementar el acantonamiento del tráfico aéreo en el aeródromo compostelano. Núñez Feijóo recogió la propuesta recitando el mantra "Galicia, destino único", sofisma que pretende identificar los intereses locales con los de toda la región. Si nuestros gobernantes no se entretuvieran en caminar con la gaita al hombro alrededor de la empanada, y evitasen saturarnos con datos para confundir o distraernos de tareas sin resolver, deberían entregarse, con rigor y sentido común, al análisis de la actual tabla de rutas establecida y corregir el castigo infligido al aeropuerto de Alvedro que, recordemos, sus terrenos fueron adquiridos mediante impuestos especiales por los ciudadanos coruñeses. La era de la dupla Núñez Feijóo-Ana Pastor no registra ninguna consideración positiva a la hora de atender problemas vitales para La Coruña (ferrocarril y viales de acceso a punta Langosteira, ayudas a la navegación aérea, terminal de Alvedro, etc.). En cuanto a la distribución de las rutas aéreas, conviene recordar las estadísticas abusivas vigentes: Lavacolla dispone de 49 rutas -16 de ellas internacionales-, Peinador 23 -8 internacionales- y Alvedro 10 -2 internacionales-. Por la dinámica económica-empresarial, volumen de población, etc., el área que atiende directamente el aeropuerto coruñés exige una servidumbre superior de vuelos, que facilite la actividad de las grandes empresas aquí radicadas y evite tiempo y dinero al constante tránsito de personal, cuyo trasiego dificulta la voracidad y el delirio del acantonamiento compostelano. En este asunto creemos llegó la hora del alcalde coruñés. Don Xulio tiene mucho que decir y ha de hacerlo con voz firme, ajeno al lenguaje de inversión que se atribuye a las agrupaciones políticas emergentes.

Otrosidigo

La relación en entre el Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria parece volver a los cauces normales. A la apertura del túnel de O Parrote y La Marina liberada de las obras de superficie, la desafección de los terrenos de los muelles locales se regirá, como estaba previsto, en el convenio firmado por el Estado y el municipio coruñés en el año 2004. ¿Por qué tantas vueltas? Debiera establecerse una tabla de intereses "punitivos" para los políticos renuentes.