El destino de la antigua prisión provincial se baraja en el ámbito municipal con el objetivo de lograr la cesión del edificio, actualmente en manos del Ministerio del Interior. El destino todavía es una incógnita que convendría aclarar mediante un concurso de iniciativas para evitar que el Ayuntamiento de La Coruña quede prisionero del manantial de ocurrencias, que suelen anidar en el entorno edilicio. Entre las ideas que convendría explorar, destaca la propuesta de nuestro ilustre paisano César Molina, socialista, exministro de Cultura que sugirió al entonces alcalde Losada crear en la antigua cárcel el primer museo de naufragios del mundo, que albergaría la documentación existente de más de 500 desastres marinos acaecidos en las costas gallegas, y la de más de 2.000 barcos hundidos, con más de 100 años de antigüedad de otras tantas catástrofes marinas, en poder de la Unesco. La puesta en marcha del museo contaría con ayudas de la CEE, del Gobierno de España y de la Xunta de Galicia y permitiría llevar a efecto el esbozo de acuerdo con la Universidad de Texas, una de las más prestigiosas del mundo en arqueología subacuática. El centro, por su privilegiada ubicación, sería referencia en Europa y constituiría un aliciente idóneo de las numerosas visitas que concurren a diario a la Torre de Hércules. Explicitamos la sugerencia, por si el gobierno local que preside don Xulio se permite desplegar un programa imaginativo urbanístico del entorno en el que, además del antiguo edificio de la prisión, figuren la Torre de Hércules y el Acuario (Casa de los Peces). Hay que afinar la propuesta a las autoridades nacionales y apartarse de la "capacidad negativa" que embarga a los políticos cuando los proyectos no son propios. Es la rémora que impide unir los hechos y la razón.

Otrosidigo

Entre la documentación referida, figuran el galeón Ragazzona, hundido en Ferrol; barcos de la flota de Drake en Vigo; la flota de Martín Padilla, hundida en Finisterre en 1596 (20 barcos del siglo XVI); frente al Castillo de San Antón hay seis naufragios de las guerras napoleónicas. Alfonso Andrade cita al Great Liverpool, hundido en 1876 en la ría de Corcubión. Ramón Pernas evoca el hundimiento de la fragata Magdalena, que sembró de cadáveres las playas gallegas hace 200 años; o el Serpent, con 172 oficiales de la Armada británica, ahogados en el litoral de Camariñas.