El liderazgo del área metropolitana debe asumirlo el alcalde de La Coruña y tratar de abrir el corsé que impide la expansión de nuestra ciudad. En este punto, hace falta sentido común y hacer acopio de paciencia y pedagogía para vencer el personalismo de gobernantes resabiados, alguno de ellos afectado por el dengue antillano. Coruña Futura, por ejemplo, fue un proyecto que no logró conciliar la buena vecindad con los municipios periféricos para poner orden en el caos circulatorio y, mucho menos, activar los resortes que recuperasen nuestra relación con el mar. Negreira se atascó y, con anterioridad, Losada, esperanzado con su gestión, había manifestado "sentirse cachondo". Ahora nos hablan de "humanizar" algunas estructuras, pero falta un pequeño detalle: pertenecen al Estado o carecen de financiación. El Gobierno local ha de sosegarse, incluso políticamente, dar sentido a las aspiraciones de la ciudad, exponer su proyecto urbano, no buscar siempre culpables, ni practicar una estrategia política fast food, tras haberse presentado como los purificadores de la regeneración. La Administración local ha de ser garante, no agente, y ha de vigilar que no se repitan las visitas a los juzgados por el descaro de algunos gobernantes, que no lo fueron.

Otrosidigo

Para mejor conocimiento de cómo fue preterida nuestra ciudad en la intermodalidad, que ahora se inventó Núñez Feijóo, hagamos historia. La Coruña se divierte fue el proyecto aprobado el 12 de mayo de 2011, obra del arquitecto César Portela y la Ingeniería Idom Intermodal, proyecto por el que se pagaron 900.000 euros. El expediente fue paralizado por la ministra de Fomento, Ana Pastor, "por razones económicas" en 2014, en una de sus primeras visitas a La Coruña. El grave perjuicio causado a nuestra ciudad ha sido enorme porque la intermodal era uno de los ejes del Plan Busquets para la remodelación de la fachada marítima. Posteriormente a la aprobación del proyecto coruñés, se construyó la intermodal de Vigo y pronto comenzará la de Santiago. El alcalde Ferreiro tiene razón a elevar su voz.