El 5 de julio se cumplieron 70 años de la aparición del biquini, creado por el ingeniero francés Louis Reavel (5-7-1946) prenda que, posteriormente, lanzó al mercado el coleccionista de moda Jacques Meim. Prenda, repetimos, ideada para la seducción, que nuestras nereidas lucen en verano cuando el sol pone en juego sus estímulos. La estampa forma parte de la vida al lado del océano, mar vibrante, lleno de rumores, e ilustra el cosmopolitismo herculino que, en La Coruña, es un conocimiento adquirido. Y es así cómo el cosmopolitismo experimenta cada año la sensación de lo moderno. Julio, con sus rituales de agua, es el mes marinero por excelencia. Sus fiestas atlánticas, de norte a sur, festonean nuestro litoral y evidencian que nada hay más alegre que los cantos marineros, porque del mar vibran las canciones más sentidas de sabores. El turismo de la Xunta, tan atento a Australia y Nueva Zelanda, se ha olvidado de las islas Sisargas, de la Costa da Morte, que marchan a la deriva en el único escenario donde el Atlántico ofrece su inmensidad sin referencias. Es un prodigio de los dioses que La Coruña, por ser atlántica, la convierte en un privilegiado laberinto de vida, tan necesitado de la naturaleza rural limítrofe. La Coruña, conviene refrescarlo, es una ciudad que no agobia. Huir de su armonía es perturbarla. No es necesario estrujar la imaginación para evocar su ambiente, el privilegio de la luz y la singular percepción de que aquí no solo se vive, también se siente la alegría de vivir.

Otrosidigo

Las políticas alternativas o emergentes que han brotado en el ámbito municipal han revelado, hasta la fecha, carencia de realismo. La llamada de atención del vecindario ha sido evidente ante balotadas que han tocado su fibra sensible. Pese a su tolerancia y libertad el espíritu herculino no declina. Preguntamos a quien corresponda: ¿por qué resulta tan difícil encontrar un bolígrafo a disposición del público en las oficinas de Correos?