La etimología indica que "candidato" viene de "cándido", un contrasentido en el caso de Núñez Feijóo, si observamos su cuquería, a quien la izquierda pululante está empeñada en convertirlo en el mal absoluto.

Los coruñeses, que poco y nada tenemos que agradecerle a la Xunta de Galicia y a su actual titular, somos conscientes de que la idea motriz "todos contra Feijóo", único programa que esboza el zurderío, pretende que gobierne nuestra región un conglomerado de perdedores, sin tener en cuenta que la retórica de transformar lo increíble en verosímil suele sucumbir ante la realidad.

Conviene estar atentos a cierta charcutería de opiniones, que hacen la ola a quienes nos quieren vender el futuro y solo son capaces de hablar bien de sí mismos. "Ciudadanos y Podemos, bonitos motes, nuevos grupos que intentan chupar del bote", recoge en su Canela fina el periodista y académico Luis María Anson, estrambote atribuido a la sabiduría popular. Más adelante (Anson) nos informa de que "Pablo Iglesias y sus confluencias han recibido de las arcas del Estado 10,9 millones de euros y Albert Rivera 7,1 millones", sin haber propugnado que los partidos políticos se nutrieran exclusivamente de las cuotas de sus militantes o simpatizantes. Uno y otro, Podemos y Ciudadanos, ya integrados en la casta, hacen abuso de su narcolepsia televisiva para verter, más allá de la ética, expresiones de carril. En Galicia no lo tienen fácil, porque el tridente de alcaldes -La Coruña, Santiago, Ferrol- en su año y medio de mandato se ha limitado a desempeñar sus obligaciones municipales con idéntica afición que a los helados de vainilla. Siguen en el populismo intervencionista, adosado al silogismo de definir al vernáculo como idioma propio, en su afán por establecerlo como lengua única.

En Galicia solo se percibe que Núñez Feijóo es el que tiene un programa consistente y estable. El resto de las siglas partidarias, constituyen una especie de realismo mágico y patético a la vez; son como un libro abierto en el que caben muchas historias.

Otrosidigo

Llama la atención la prodigalidad y el destino de las subvenciones de la Diputación de La Coruña, siempre al antojo del mandamás de turno. Ahora su titular se mueve al son que le marca la vice, María Goretti, radical elevada al cubo.