El nacionalismo es creer que el hombre desciende de distintos monos.

Jaume Perich

Estos días me han llegado al magín recuerdos de un viejo libro, Autopista (Editorial Crítica, 1971) en el que un genio del humor, Jaume Perich Escala El Perich (1941-1995) escritor, dibujante y humorista en diferentes medios, recopiló aforismos, frases cortas y pequeñas ilustraciones que antes habían aparecido en periódicos y revistas. Quienes no lo hayan disfrutado creo que pueden encontrarlo en reediciones recientes.

No alcanzo a entender cómo este libro pasó la censura de la época y vio la luz en una imprenta; Autopista es una parodia de Camino, el manual iniciático del Opus Dei con su misma estructura, pero con un contenido bastante diferente. Su humor con bala, 45 años después, no solo sigue vigente, sino que resulta más necesario que nunca. Poco amante de los ismos, disparó contra todo aquel que significase una rémora para España, viniese de donde viniese. Él estaba a la izquierda; pero nadie se escapaba de su dardo, ni durante la agonía franquista ni en la transición -perdón por mentar a la bicha- él cobraba su presa y, con ese humor negro, casi carbonizado, decía: "Gracias a la libertad de expresión hoy ya es posible decir que un gobernante es un inútil sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco".

Pero atención, aquellos lectores que no deseen encontrarse ante un espejo, deberían pensárselo dos veces antes de leer este libro. El Perich no se casa con nadie, no conoce trinchera ni objetivo demasiado lejano o cercano que pase por alto. Que nadie piense "este es de los míos", porque terminará escaldado.

Y es que no hay más remedio, lo que hemos estado oyendo hasta hoy para el debate de investidura que comienza esta tarde no son más que monadas, de monos que se creen distintos, de más calidad para pedir sacrificios, responsabilidades? en fin, ya nos lo recuerda Noam Chomsky: "El lavado de cerebros en libertad es más eficaz que en las dictaduras". Todo el que ejerce el poder o aspire a hacerlo -trátese de un dictador, un demagogo, un marido o un patrón-, requiere de una argucia que le apoye, él siempre actúa por el bien del dominado. En otras palabras, el poder siempre es altruista, desinteresado, generoso. Seguramente en los tiempos que corren descubrir o volver a Autopista sea más necesario que nunca, porque en estos tiempos de teatrillo hay que quitarse las máscaras y los toreros de salón de las derechas ya son suficientes, los objetivos son comunes y los maquillajes de estos últimos retoques son no más que puro atrezzo, manufacturado en 150 folios que ya vienen mojados de fábrica. Y al final, unos monos que se amparan en que su pedigrí es constitucional y otros en que quieren tener el derecho a decidir de qué monos descienden. ¡Qué monada!