El AVE a Galicia, concebido como baza electoral hace varios lustros, ha hecho bingo a raíz de la incorporación del nuevo ministro de Fomento, Sr. Gómez de la Serna, vasco, hasta hace poco alcalde de Santander. Las novedades, que dio a conocer en su primera visita a nuestra región, anunciando el posible retraso en la fecha de la llegada de la alta velocidad, encendió las alarmas del titular de la Xunta, quien, inmediatamente, hizo acopio de toda su energía y voluntad política para que los triunfalistas plazos, que tanto había cacareado, no se modificasen y, a su vez, no se viera convertido en actor secundario. La entrada por el Sur gallego del AVE fue un empeño del entonces xunteiro mayor D. Manuel Fraga, a pesar de la discrepancia pública y de los estudios de la Universidad compostelana, dirigidos por la profesora María García Añón, de prestigiosos ingenieros y de la Patronal, que aconsejaban el estratégico acceso, vía León-Monforte, fórmula idónea para la conexión con Irún, Barcelona y el resto de Europa. En un encuentro celebrado en el Club Financiero de La Coruña, al que asistieron relevantes profesionales portugueses y españoles, quedó patente que la solución Sur no era la mejor, porque aumentaría las distancias con Madrid (La Coruña-Ferrol 200km) y con Vigo (100), con el consiguiente incremento del tiempo y tarifas ferroviarias. En tono menor, algo se dijo, asimismo, de la Transcantábrica (Santiabrica), que aísla al Norte de Galicia pero "permite" al Cantábrico "pasar" por Villalba. Los ingenieros portugueses no estimaron entonces la línea Oporto-Galicia, si la de Lisboa-Madrid, de alta velocidad. En lo que se refiere al AVE gallego, los técnicos consideran ahora difícil recuperar los días perdidos de trabajo en su trazado durante los meses últimos, dado el volumen de obra que resta por hacer (túnel de Padornelo, rectificación de curvas, alimentación eléctrica, impacto ambiental, construcción de viaductos, algunos de 4,5 kilómetros, etc.), un gran reto para cumplir cabalmente los pronósticos fijados para el año 2018 por el Sr. Núñez Feijóo. Ojalá acierte el titular de la Xunta, aunque mantengamos nuestras dudas sobre los discursos de los políticos; suelen faltarles la grandeza de la verdad.

Otrosidigo

La aviación corporativa intentó, hace poco más de cinco años, establecerse en el área del aeropuerto coruñés. Las grandes corporaciones interesadas se vieron en la obligación de desistir ante las escasas facilidades recibidas. En el terreno del tráfico de pasajeros, el aeropuerto de Lavacolla, con 12 compañías registrará este año 2,5 millones de viajeros. Alvedro, con solo tres compañías, alcanzará un millón, datos que reflejan la potencialidad de nuestra estación aérea, pese al abandono de la Xunta. La pregunta que se nos antoja es la siguiente: ¿Quién y de dónde sale la morterada que invierte Santiago en subvenciones para mantener a forziori su tráfico de pasajeros, cuya principal fuente nutricia es La Coruña.