Por los pasillos de la Xunta (Consellerías), Diputaciones, y Ayuntamientos gallegos pulula un personal variopinto, asesores se titulan, de libre designación que desconocemos si atesoran ese don singular que los alemanes califican como "conocimiento especial". En nuestra ciudad la figura del asesor viene siendo utilizada desde la llegada del socialismo al ayuntamiento, y utilizada para acomodar a sus conmilitones, algunos que no habían pasado el corte democrático de las urnas. La costumbre de primar el ideario político o el amiguismo sobre la idoneidad se ha convertido en una costosa novela jabonera porque la función de tales asesores no está bien definida. Teóricamente, además del principio mayéutico de alumbrar ideas y administrar la vanidad de los prebostes, no hemos registrado su intuición para captar las inquietudes de la sociedad, de ofrecer conceptos renovados, incluso en la onerosa nómina no parece despuntar la buena pluma a la hora de preparar los discursos de los mandamás. El profesor Baltar, titular de Latín, observó que la invocación del delegado regio en la fiesta de la Traslación del Apóstol calificó al santo de "refugiado e inmigrante perseguido y víctima de una intolerancia", palabras que desvirtúan la verdad histórica porque el Apóstol Santiago dejó su tierra para ir a predicar a otra. El profesor Baltar explica que "el motivo de la muerte del Apóstol fue seguir el partido de los zelotas que apostaban por la respuesta armada del ocupante romano cuyos jefes verían en la eliminación de sus líderes una rutina de seguridad". Está visto que en la nómina de asesores no se ha encontrado la proteica justificación de su injustificada labor. Más que cargos públicos son cargas públicas.

Otrosidigo

Desde hace tiempo los líderes políticos alimentan el mito de sus orígenes. Tierno Galván inventó su niñez como refleja su libro autobiográfico Cabos Sueltos. Zapatero, natural de Valladolid, dice que es de León; y Feijóo no recuerda la historia de su niñez en las montañas de la Rúa-Petín. Otros más originales como el alcalde de Zaragoza aspira a una Academia Militar, no militarizada.