En los días previos a la celebración de la Asamblea de Podemos, bajo la denominación de Vistalegre II, celebrado en Madrid el día 12 de febrero, se ponían de manifiesto entre los dos principales líderes al puesto de Secretario General, o a lo que viene siendo lo mismo, cual de los dos programas que allí se presentaban ganaría, el del Sr. Iglesias, o el del Sr. Errejón. Pues bien, durante esos días previos, me gustaba que por parte de los dos candidatos se expusiesen sus ideas y lo que pretendían que debería ser el partido político a partir de la clausura de la Asamblea. Incluso intervenían en ese debate, otros personajes con peso específico en Podemos, con ataques muy personales hacia cualquiera de los dos candidatos. Pese a todo ello, creí que estaba asistiendo a un cambio de tendencia, en la forma y manera de cómo se han venido celebrando los congresos por los partidos tradicionales, al menos hasta el día de hoy. No solo por lo que supone el elevado número de participantes en las votaciones, si no también por la manera abierta de exponer cada uno los respectivos programas. Todo lo que estaba sucediendo, me satisfacía enormemente, no veía por ningún lado, intención de desprestigiar al rival, ambos, Iglesias y Errejón, discutían, si, pero con un gran respeto entre ellos. Los dos, se consideraban necesarios para llevar a cabo el proyecto político que resultase de Vistalegre II, y salvo lo de Iglesias, que constantemente aludía a dejar la Secretaría General, si su programa no resultaba vencedor, poco más se veía, en el trasfondo de los personajes en cuestión. A grandes rasgos esto era lo que yo percibía en esos días previos, a diferencia de lo que otras muchas personas decían ver, como era el que sus diferencias ideológicas de programas se dejaran ver de tal manera, que se convertían en noticia nacional todos los días y así se concebía en los diversos medios de comunicación, y siempre como algo negativo. Se interpretaba de esa manera porque estamos acostumbrados a que los congresos de los partidos políticos sean verdaderas balsas de aceite, donde nadie le lleva la contraria al candidato, por cierto, único, que se presenta.

Pues dicho todo lo cual, tengo que empezar a rectificar de mis pensamientos tan positivos, una vez visto y leído, lo que desde el minuto cero, tras la clausura de la Asamblea de Podemos, se produjo en el seno de la organización:

1º. Caza de brujas, de manera constante y sin tregua; Errejón destituido de portavoz en el Congreso, cambio de bancada, y deja de ser el número dos de Podemos. De las 17 Secretarías que componen el Consejo de Coordinación, solo tres las dirigen personas afines a Errejón (20%), pese al porcentaje de votos obtenidos.

2º. Veinticinco trabajadores que trabajaban en la sede de Podemos, de la calle Princesa, han sido despedidos, con una oferta de 32 días por año a cambio de no judicializar su despido. Por lo que sabemos, los 25 afectados, son trabajadores que han defendido la candidatura y el programa de Errejón, y se les había ofrecido que si alguien demandaba las condiciones del acuerdo, se procedería a despedir a 18 trabajadores más.

3º. No conformes con lo anterior, incluso a algunos militantes y dirigentes de Podemos, les han notificado los respectivos expedientes disciplinarios, con suspensión cautelar en la formación.

Si esto no es una caza de brujas, al más puro estilo antidemocrático, la Inquisición eran hermanitas de la caridad. ¡Ver para creer!