Tras el triunfo del Brexit en Gran Bretaña y la elección de Donald Trump en Estados Unidos, Europa se enfrentaba este año a tres elecciones en las que el populismo de extrema derecha era una seria amenaza. Primero, las legislativas holandesas del pasado miércoles, donde Geert Wilders, el ultranacionalista que exigía cerrar todas las mezquitas, iba primero en muchas encuestas.

En la izquierda, los laboristas que han gobernado con Rutte han perdido muchos diputados a favor de Democracia 66, la izquierda verde, que ha subido de 4 a 14 escaños, y un pequeño grupo de tres diputados turcos que antes formaban parte del grupo laborista. Es un dato a tener en cuenta.

Pero lo relevante es que la burbuja populista ha sido derrotada en la primera batalla del año con un fuerte aumento de la participación que ha llegado al 82%. La Europa democrática ha superado la primera prueba.