El Deportivo ha cerrado una operación a tres bandas con el Gobierno local coruñés y Abanca que le hace dar un paso de gigante hacia un horizonte doblemente esperanzador. El acuerdo no solo permite al club blanquiazul un vital desahogo económico en el pago de la deuda, sin la amenazadora tutela de Hacienda y las limitaciones en el tope de fichajes que venía padeciendo, sino que además brindará a la afición un estadio prácticamente nuevo en el plazo de cinco años que deje atrás los penosos achaques que venían sufriéndose en los últimos años en las gradas de Riazor.

La primera piedra en este prometedor camino la puso el Concello coruñés al aprobar hace un par de meses una ambiciosa reforma de las deterioradas cubiertas del estadio coruñés, con una inversión de 8,2 millones, cuyas obras comenzarán en el verano de 2018 y concluirán en la primavera de 2019. Además de prolongar la cubierta de Preferencia, se cerrarán los fondos superiores de todas las gradas para evitar el paso del viento y la lluvia, mientras que en el exterior se suprimirán los aparatosos tensores que actualmente sujetan las cubiertas. La remodelación aumentará notablemente la visibilidad en el interior del estadio, ya que los espectadores podrán ver el resto de las gradas e incluso el cielo. Las cubiertas tendrán un mejor mantenimiento al permitir que las placas puedan pisarse, mientras que en el interior habrá una pasarela para acceder al cableado y los focos de la iluminación.

El siguiente paso llegó este pasado miércoles, con la firma de un nuevo convenio que establece un marco de colaboración mucho más estrecho entre el club blanquiazul y el Ayuntamiento que el que recogía el anterior, rubricado en 2000. El presidente del Deportivo, Tino Fernández, y el alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, exhibieron en su presentación una absoluta sintonía, resumida por el mandatario blanquiazul en una distendida frase: "Esto es un 'sí, quiero'; nosotros estamos contentos con el Ayuntamiento y el Ayuntamiento con nosotros".

El regidor coruñés avanzó en esta presentación que no se pondrían reparos a la solicitud del Deportivo para que el nombre del estadio de Riazor pudiese ostentara un apellido comercial, es decir, un patrocinador, que viniese a desahogar la situación económica del club, agravada por el aumento de la deuda privilegiada con Hacienda tras la recalificación fallada recientemente por el Supremo.

El nuevo convenio establece también que el club se hará cargo del mantenimiento de las nuevas cubiertas y se compromete a remodelar la fachada exterior del estadio, con lo que el cambio de apariencia de Riazor será total. El Deportivo anunció una inversión de 6 millones en los próximos cinco años para seguir cambiando la cara al recinto. Entre estos cambios, figura el traslado de los banquillos a las gradas, al más puro estilo Premier League, que podrían estrenarse ya en el próximo trofeo Teresa Herrera en agosto.

El acuerdo entre Dépor y Concello va más allá del fútbol y pone en marcha una novedosa colaboración para impulsar el deporte base en la ciudad, mediante contribuciones del club blanquiazul, también técnicas, a las Escuelas Deportivas Municipales.

La filosofía de este nuevo marco de relaciones, según el alcalde, es ayudar también desde el Concello a que el Dépor de un salto de calidad que repercutirá positivamente para toda la ciudad, por sus enormes implicaciones sociales y económicas.

Al día siguiente de la presentación del convenio, se conocía la identidad del patrocinador del estadio que Xulio Ferreiro y Tino Fernández habían dejado en suspenso en su intervención. El estadio pasará a llamarse Abanca Riazor al menos hasta 2025 en los partidos de competición que dispute el deportivo. En otro tipo de eventos, como partidos de la selección, en los que no participe el Deportivo, seguirá denominándose Estadio Municipal de Riazor.

Y también cuál era el plato fuerte del salto para el Dépor. Abanca ha concedido al club coruñés un préstamo de 45 millones a pagar en 15 años que le permitió cancelar ya la deuda dura de 43 millones con Hacienda. El Dépor sigue teniendo la misma deuda, pero la concentra ahora en un acreedor menos agobiante y con un mayor margen de pago. Tino Fernández destacó que esta directiva ha pagado ya 82 millones a la Agencia Tributaria desde su llegada. La nueva situación financiera le permite aumentar hasta un 70% el tope para fichar, que pasa de 24 a 40 millones, lo que impulsará notablemente su competitividad en la Liga. Además, las cantidades por traspasos revertirán ahora íntegramente en el club, que estaba obligado a reembolsarle un 25% de esas operaciones a Hacienda.

Esta operación, que abre las puertas a un salto cualitativo en las expectativas de futuro del club y permite al deportivismo soñar con metas más allá de la mera salvación, es un marco ejemplar de colaboración entre instituciones para impulsar una sociedad que pertenece a miles de coruñeses y que simboliza la identidad de la ciudad. Escotet, presidente de Abanca, la resumió en una frase: "Ganan el Concello, el Dépor, la afición y A Coruña".