El revés del ranking de Shanghái a la Universidad española obliga a políticos y autoridades docentes a una reflexión profunda que ponga fin a la maraña de enredos de intereses creados. Según todos los comentarios periodísticos afectan los problemas al control de gastos, al espíritu endogámico que sume a la Universidad, a la investigación y a la evaluación del personal docente. La disección que expresa el ranking de Shanghái nos llega cuando los estudiantes recogen en nuestras calles firmas para recuperar en el currículum académico la asignatura de Filosofía. Consideran imprescindible el estudio y amor a la sabiduría y afilar el sentido del conocimiento de la vida. Los políticos gallegos, conocidos los problemas universitarios, debieran encauzar estos asuntos y resolverlos. Nuestras universidades son buenas en algunas áreas, pero en su conjunto no cumplen los indicadores del famoso ranking, aseguran los expertos. No se le pueden regatear fondos a los altos centros de estudio y enterrar millones, por ejemplo, en restaurar en vísperas de los Años Santos el Monte do Gozo y, muy principalmente, derrochar inversiones en la Ciudad de la Cultura, hoy parque temático de escasa dimensión dentro de una colosal obra arquitectónica. No es menor la copiosa derrama publicitaria, ni menos gravosa comparativamente la organización de trenes turísticos para unos pocos, con el contrapunto del abandonado ferrocarril a Ferrol. Todos estos acontecimientos nos los sirven los medios orgánicos envueltos en el viejo ropaje del caciquismo centralista regional de disfrazar los hechos y transformarlos en interpretaciones. La aristofobia aérea, en su acantonamiento, utiliza el señuelo jacobeo como si el Camino de Santiago fuese una ruta sideral que necesite acompañamiento cuando viene nutriéndose, en su porcentaje más relevante, de viajeros coruñeses a forziori, por las trabas que sufre nuestro estratégico aeropuerto. Estas circunstancias son un síntoma de asomatognosia, vocablo con el que López Rodó, exprofesor de la Universidad compostelana, señalaba "el desconocimiento de la propia posición en el espacio".

Otrosí digo

Cuando las palabras se mezclan con el ingrediente de la realidad, se escapan al aire y resultan difíciles de ser atrapadas. "Todos los centros solo crean pasivo con cargo al contribuyente tan sufrido. Quienes piensan que creando el edificio ya hay museo, grave error". Vicente Todoli, ex Reina Sofía y ex Tate Modern.