El dinamismo empresarial de La Coruña contrasta con la inversión pública de carácter urbano, tanto del Estado como de la Xunta. El abandono y su escaso mantenimiento son exponentes de malos hábitos que reflejan cómo una ciudad se aprecia a sí misma. La sociedad coruñesa sigue adormecida, bloqueada sociológicamente, porque sus dirigentes no se han integrado en ella ni han logrado implicar a la propia sociedad, para saturar de energía la acción política. La Coruña ha perdido y sigue perdiendo peso institucional, tanto por el bloqueo de sus gobernantes cuanto por la desactivación de entes, emanada de la Xunta que acaba acantonándolas en Santiago, eje de la "ciudad única" de Feijóo. Nuestro alcalde y sus mareantes siguen perdidos en sus propias paradojas. No hay proyecto de ciudad, solo nos queda Inditex con su mejor escaparate y polo de atracción de empresas subsidiarias, pero nadie, hasta la fecha, de nuestros gobernantes ha sido capaz de presentarle a D. Amancio Ortega un proyecto local atractivo para La Coruña que ilusione su patrocinio. La Xunta, por ejemplo, invierte más en la Ciudad de la Cultura que en cualquier comarca, mientras nos ningunea en el capítulo de inversiones, pero también conviene significar que la estrategia de D. Xulio impide poner en actividad obras tan significativas, ya presupuestadas, como la intermodal, el ofimático, el centro de salud y el mercado de Santa Lucía, perfilar la vía Ártabra, la terminal de carga de Alvedro o el polígono de Morás. Entre el intervencionismo de la Xunta y la "máquina de impedir" municipal, las obras referidas siguen sin activarse. La Coruña necesita un liderazgo transversal, seductor, que venza la cautividad del PP local y la escasa fiabilidad del PSOE que, a la hora del compromiso, suele mostrar su rostro jacobino. El artículo 155 aplicado en Cataluña ha puesto en sobreaviso a nacionalistas e independentistas gallegos. Recuerden los talibanes de la inmersión que el problema catalán tuvo como esencia la imposición coercitiva del idioma único.

Otrosí digo

La antigua terminal de Lavacolla será acondicionada como hangar para los aviones de Inditex. Se malicia que Feijóo prepara su aterrizaje. Estos días ha iniciado su ruta hacia la centuria el exalcalde de La Coruña, D. Manuel Liaño Flores, en plena actividad física y su sapiencia jurídica contratada. En tiempos actuales de sequía recordamos su legado del embalse de Cecebre y haber acogido en el Palacio Municipal el Consejo de Ministros de la Reconciliación, presidido por Adolfo Suárez, que otorgó el amplio perdón a la llegada de la Democracia. Este acontecimiento histórico no ha sido conmemorado, ni figura, por supuesto, en la banalizada Memoria selectiva.