David López-Salido, director asociado del departamento de Asuntos Monetarios de la Reserva Federal de EEUU, equivalente estadounidense del Banco Central Europeo, que dio el jueves pasado una conferencia en la Fundación Barrié, afirmaba en una entrevista en LA OPINIÓN que la tecnología cambiará drásticamente el acceso de los jóvenes al empleo en un futuro inmediato.

López-Salido, coautor del último informe de la Reserva Federal sobre los efectos de la evolución demográfica en el desarrollo económico, una cuestión de especial interés en Galicia, donde el desequilibrio entre población activa y dependiente es cada vez más alarmante, propone como antídoto que se integre a los jóvenes en trabajos de valor para que no emigren y generen salarios suficientes para sostener el sistema de jubilaciones.

Integrar a los jóvenes en el mercado laboral en un futuro inmediato en Galicia, una comunidad con grandes desequilibrios entre población activa y dependiente y muy castigada por el éxodo profesional en la franja demográfica clave para el relevo generacional, requerirá, según el dirigente de la Reserva Federal, centrar esfuerzos inversores en una educación de calidad.

Y para ello, López-Salido subraya que en España habría que corregir un desajuste en la educación, que no es la adecuada para lo que realmente demanda el mercado laboral. Su receta incide en una doble estrategia: invertir más en educación, pero en una educación de calidad más ligada a las oportunidades que las nuevas tecnologías van o ofrecer a los jóvenes.

España ha reducido en los últimos años el porcentaje de jóvenes entre 15 y 29 años que ni estudian ni trabajan hasta el 22,8%, tres puntos menos que en 2014 (25,8%), pero continúa a la cabeza en porcentaje de ninis de los países de la OCDE, solo por detrás de Turquía (28,8%), Italia (27,4%) y Grecia (26,1%). Así lo confirmaba el informe Panorama de la Educación de la OCDE, que agrupa a 34 países, presentado hace unos meses.

Las últimas estadísticas publicadas por el Ministerio reflejan que la Xunta ha hecho un esfuerzo inversor en el sector educativo en los últimos años. Galicia destina una media de 6.241 euros por estudiante en la enseñanza no universitaria, una cifra que la sitúa como la quinta comunidad con mayor inversión en los centros de educación pública en España, con 1.072 euros por encima de la media estatal y que supera en un 40% la cantidad que invierte una comunidad tan poderosa como Madrid, que paradójicamente está a la cola en inversión educativa pública en el país. Aún así, la partida para la educación ha bajado en Galicia, al igual que ha ocurrido en prácticamente todas las autonomías españolas desde 2009, cuando la Xunta invertía 600 euros más por alumno que ahora.

Galicia parte además con una particular desventaja demográfica en la efectividad de su gasto en educación en comparación con otras comunidades, ya que la dispersión del medio rural en pequeños núcleos de población lastra considerablemente el presupuesto de la enseñanza.

El informe PISA que se dio a conocer hace unos días da precisamente indicios sobre la capacidad de los adolescentes gallegos para afrontar un mundo laboral cada vez más interconectado y exigente en formación que predice López-Salido. Galicia logra 494 puntos de media, a un nivel similar al de Francia, Portugal o China, pero los resultados ponen también de manifiesto que solo el 32% de los escolares gallegos es capaz de resolver problemas difíciles en equipo.

La calificación obtenida por Galicia figura en este informe en el puesto nueve entre las comunidades autónomas españolas y se queda por debajo de la media de la OCDE, que está en 500 puntos. El problema para resolver problemas en equipo, una capacidad que el informe PISA ha puesto a prueba por primera vez este año, es para la OCDE un síntoma de que el sistema educativo sigue anclado en una visión individualizada del alumno que resta eficacia a su capacidad para enfrentarse a los retos del futuro.

Otra preocupante conclusión de este informe es que el 60% de los alumnos de los institutos gallegos manifiestan que se llevan sus dudas a casa porque los profesores cambian de tema cada vez que le exponen sus interrogantes.

¿Es necesario revisar el concepto educativo, como aconsejó en A Coruña el ejecutivo de la Reserva Federal estadounidense? La propia Consellería de Educación ha anunciado tras el citado informe PISA que prepara reformas en las habilidades del profesorado y apunta que se están abordando también cambios en los contenidos para adecuarlos a los retos del mundo que viene.

Antonio Abril, presidente del Consello Social de la Universidade da Coruña (UDC) y secretario general de Inditex, que acaba de ser elegido presidente de la Conferencia de Consejos Sociales de las universidades españolas, afirmaba estos días pasados en una entrevista en este periódico que en los campus no hay menos talento que en cualquier empresa de éxito, pero que lo que falla es la capacidad para gestionar este talento.

Abril defiende también una urgente necesidad de reformas para lograr unas universidades más competitivas y orientadas al mercado profesional. Pero al tiempo alerta de que la inversión pública en las universidades españolas no solo está muy por debajo de la media de la OCDE, sino que esa brecha con los países de nuestro entorno se agranda cada vez más

Un paso en la buena dirección son los nuevos grados que se impartirán en la UDC, como Gestión Industrial de la Moda, evidente en una ciudad que alberga a la primera empresa textil del mundo. Resulta evidente que en los complejos tiempos que se avecinan, perder el tren de la educación de calidad es perder el futuro.