En estos días propensos a la expresión sincera de emociones y afectos, días de juguetes y golosinas resumen las fiestas navideñas, en las que la sonrisa infantil se dibuja más amplia. Para los mayores, en este ambiente de ilusión y expectativas, el momento mágico llega con la entrega de los regalos. Las nuevas tecnologías, sin embargo, han reducido la edad infantil de tal modo que los juguetes tradicionales son precozmente abandonados por tabletas y videojuegos. El juego es donde los niños emplean más tiempo, más ilusión y más energía. El juego estimula la autoconfianza y la superación personal y permite al niño aceptar puntos de vista diferentes. Para los mayores, los arreglos florales son muy valorados. El protagonismo corresponde a la poinsetia, planta preferida en Navidad por su rito de nacimientos y de luminosas esperanzas. Galicia tiene su flor predilecta, la camelia, flor de alegría, de anhelos de fe y devoción aldeanas. La tradición belenista y las cabalgatas son "alternativas". En la Coruña nos queda el belén de la Grande Obra de Atocha y algún otro "viviente" en ámbitos parroquiales. El del Ayuntamiento, siguiendo una costumbre del entonces alcalde Vázquez, recoge rostros de personajes públicos en las figuras del nacimiento. Este año, se anuncia, como novedad, la boda de la primera pareja gay coruñesa, "matrimoniada" en 1901 en la iglesia de San Jorge, según escribe José de Cora, "engañando al vicario haciéndole creer que una era un hombre". Son veleidades de quienes eluden las tradiciones cristianas con sinceridad rigurosa. Aquí, los coruñeses, seguiremos navegando por todos los mares; la luz como la alegría no se va, es como la vida misma que se está yendo.

Otrosí digo

Don Luis Mariñas nos envía la tradicional felicitación pascual de la Peña Taurina coruñesa que, este año, evoca la figura del diestro Iván Fandiño, de origen local, fallecido trágicamente. Mariñas, de imperturbable vocación torera, ha elegido para su retiro la calle del Corralón, nombre típicamente taurino.