Macron fue luego a la reunión en Roma de los siete países de la Europa del Sur (Francia, Italia, España, Portugal, Grecia. Malta y Chipre) que intentan coordinar sus intereses y que se ha centrado en el control de la inmigración, asunto en el que Italia ha hecho progresos. Frente a la alarma del 2016 de 181.000 desembarcos (se temía un 30% más el 2017), el número final ha sido solo de 105.000.