Hace pocos días se reunió en Santo Domingo de la Calzada (Burgos), la Liga de Asociaciones de Periodistas del Camino de Santiago, para entregar el Premio Aymeric Picaud a la escritora coreana Kim Nam Hee por su obra El viaje de una mujer sola, que narra sus propias experiencias peregrinas. Del libro se vendieron 50.000 ejemplares en su país. El cliente "turistificación" del Camino que se ha convertido, para muchos, en una opción de turismo low cost, y ha provocado su masificación y pérdida de valores. Este fenómeno ya fue advertido en 1999 por el Cardenal Rouco, arzobispo de Madrid: "Antes que nada (el Camino) es un acontecimiento eclesial. Las expectativas y el turismo afectan a la esencia de la peregrinación, que tiene un fuerte componente de penitencia y conversión". El Xacobeo, con las peregrinaciones a Roma y Jerusalén, forma el trío de centros mundiales de la cristiandad. En Italia, y en el Próximo Oriente, son estrictamente manifestaciones esencialmente espirituales y culturales, que explican la importancia del punto de llegada. He aquí la relevancia de la Catedral de Santiago. En Galicia, los estudios del Camino de Santiago, al parecer, han sido tomados por la fantasía y la novela, y su teología ha quedado maltrecha. Recientemente el profesor de latín D.Ramón Baltar, en el diario compostelano bajo el título No cuenta sólo el pan, señalaba: "Se pasa de respetuosa la Iglesia católica sufriendo, el silencio, que se negocie con las esencias del Año Santo". En la confusión de turistas y peregrinos, los responsables de la Xunta no han logrado hacer compatible la mística jubilar con un modelo de orientación de los actos culturales en favor de la excusa que busca el peregrino para planificar su descanso; como dice el profesor Baltar: "Se atiende a los visitantes como unidades de gasto".

Otrosí digo

Nuestro viajero alcalde fue el encargado de inaugurar el Congreso Internacional del Camino de Santiago en Canadá y promocionar A Coruña como puerto de partida del llamado Camino Inglés. D.Xulio, tan celoso de su distanciamiento de las devociones populares, no ha dudado en ser pregonero de una de las más relevantes manifestaciones del mundo cristiano. Tierno Galván, que veía en el crucifijo un símbolo de amor y paz, diría: "¡Que Dios le perdone!"

El alcalde de A Coruña, con su borroneo político, ha actuado como un "tiraboleiro" del "botafumeiro" político "populista", a la hora de esparcir humo, mientras el turismo doméstico sigue fuera de cobertura.