Mal comienzo de 2009 para Toñi Vicente. A un año marcado por la crisis económica, la restauradora pontevedresa tuvo que añadir, durante parte de 2008, la bajada de clientes desde su implicación en la compra de vieiras tóxicas y la pérdida de la estrella Michelín, condecoración que reciben los mejores establecimientos del sector. Un cúmulo de problemas que han llevado al cierre del restaurante que Vicente regentaba en Santiago desde hacía dieciseis años. Fuentes cercanas a la cocinera aseguran que, al igual que muchos otros empresarios, "ha tenido que cerrar el local al ser incapaz de afrontar los gastos de mantenimiento del negocio". Nacida en Tomiño en 1953, abrió su primer restautante en Vigo en 1982 .

El pasado domingo, el establecimiento de la calle Rosalía de Castro atendió a sus últimos clientes. Desde el lunes 5 de enero cuelga el cartel de cerrado y ya nadie responde al teléfono. La crisis amenaza a todos los negocios, incluso los dirigidos hacia la clase media alta. "Esto le podría suceder a cualquiera. La actual crisis impide sufragar los gastos", señalan fuentes del entorno de Toñi Vicente.

La situación económica redujo, en el último trimestre del año, el número de comensales en este popular restaurante compostelano, pero la clientela ya había descendido notablemente desde mediados de septiembre cuando su propietaria se vio implicada en la red de compraventa de vieiras tóxicas.

La propia Toñi Vicente -que fue detenida por la Guardia Civil en el mismo momento en que efectuaba la compra- reconoció que "en ocasiones" adquiría vieiras sin su correspondiente etiquetado, en el que por ley debe indicarse la procedencia del producto, la fecha de envase, el lote o el registro sanitario. Pese a todo, indicó en aquel momento que los empleados del restaurante quitaban el hepatopáncreas -lugar donde se encuentran las sustancias tóxicas para el organismo humano- a la vieira.

El suceso salpicó en gran medida a la compostelana ya que fue la única cocinera famosa en salir a la palestra, algo que criticaron algunos de sus compañeros, quienes reclamaban que igual que se citaba el nombre de Vicente se publicase el del resto de implicados. En un primer momento y tras prestar declaración ante el juez, Toñi Vicente quedó en libertad con cargos, con la obligación de presentarse una vez al mes en el juzgado. Sin embargo, los abogados de la cocinera solicitaron el sobreseimiento del caso para su cliente y, hoy en día, no existe ningún tipo de medida cautelar para la compostelana.

La pérdida de clientes fue real pese a que hasta un total de 60 compañeros y amigos de Vicente promovieron un manifiesto en defensa de la cocinera. El ex líder nacionalista Xosé Manuel Beiras fue uno de ellos, quien durante la presentación del documento se definió como "admirador" de la "trayectoria ejemplar" de la restauradora gallega. Además, el político resaltó que "no se puede convertir a una persona en chivo expiatorio".

'Guía Michelín'

El mal año de Toñi culminó con otra noticia negativa que llegaba de la mano de la Guía Michelín a mediados del mes de diciembre. La popular guía gastronómica, que cada año analiza los restaurantes más importantes de toda España, retiró en su nueva edición la ansiada estrella al restaurante de la compostelana y al coruñés Playa Club.

Sin embargo, mientras el establecimiento de Riazor permanecía recomendado en el libro, el de Toñi Vicente desapareció de la guía después de quince años consecutivos manteniendo su galardón.

En esta ocasión, sólo ocho restaurantes de la comunidad gallega han mantenidon este premio gastronómico: Casa Pardo (A Coruña), Casa Solla (Poio), Casa Marcelo (Santiago), O Retiro da Costiña (Santa Comba), Pepe Vieira (Pontevedra), Yayo da Porta (Cambados), Taberna de Rotilio (Sanxenxo) y A Rexidora (Ourense).