Un millar de reconocidos intelectuales, entre los que se incluyen dos profesores y un catedrático de la facultad de Derecho de la Universidade da Coruña (UDC), respaldan la denominada Declaración de Madrid, un manifiesto en el que los firmantes aportan "razones científicas y no ideológicas" para defender el derecho a la vida del ser humano desde el momento de la fecundación.

Científicos, biólogos, juristas, psiquiatras, pediatras, ginecólogos, filósofos, doctores, catedráticos y profesores universitarios han rubricado este documento, presentado ayer, ante la inminente aprobación por parte del Gobierno de una Ley que permitirá el aborto libre durante, al menos, las primeras catorce semanas de gestación.

Todos ellos se han posicionado en contra de las conclusiones de la Subcomisión parlamentaria creada para modificar la legislación vigente así como de las propuestas del Comité de Expertos convocados por la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, en donde, aseguran, no se ha consultado a nadie de la elite científica que defienda el derecho a la vida desde el seno materno.

La doctora Mónica López Barahona, biomédica y consultora de Bioética de Naciones Unidas, recalcó que el embrión unicelular, en estado de cigoto, "es vida humana" y, por lo tanto, "es objeto de los mismos derechos que cualquier otro individuo de la especie".

"Por eso -prosiguió-, entrar en una terminología de plazos no es aceptable, porque uno no pertenece más o menos a la especie humana según el número de células que tenga o según los kilos que pese".

En el manifiesto se argumenta que existe sobrada evidencia científica de que la vida empieza en el momento de la fecundación, porque los "conocimientos más actuales así lo demuestran".

En esta línea, Nicolás Jouve, catedrático de Genética de la Universidad de Alcalá de Henares, explicó que esta disciplina señala que la concepción es el momento en que se constituye "la identidad genética singular" de cada persona.

"La Biología Celular explica que los seres pluricelulares se constituyen a partir de una única célula inicial, el cigoto, en cuyo núcleo se encuentra la información genética que se conserva en todas las células y es la que determina la diferenciación celular; la Embriología describe el desarrollo y revela cómo se desenvuelve sin solución de continuidad", relató.

Por esta razón, los firmantes del manifiesto -entre los que figuran Pedro Rivas Palá, Luis Cruz Ortiz de Landázuri y Pedro Serna Bermúdez, profesores y catedrático, respectivamente, de la facultad de Derecho de la Universidade da Coruña- hacen hincapié en que "un aborto no es sólo la interrupción voluntaria del embarazo, sino un acto simple y cruel de la interrupción de una vida humana"

"El aborto es, además, una tragedia para la sociedad. Una sociedad indiferente a la matanza de 120.000 bebés al año es una sociedad fracasada y enferma", agregan.

Entre las conclusiones de la Subcomisión del Congreso, condenan el otorgar a las menores de edad -mayores de 16 años- la posibilidad de poner fin a su embarazo sin consentimiento paterno.

José Andrés Gallego, del Centro de Estudios Históricos del CSIC, afirmó que obligar a una joven a decidir sola a tan temprana edad es una "irresponsabilidad" y una "forma clara de violencia contra la mujer".

Consecuencias

En la Declaración de Madrid se demanda información clara para que las mujeres puedan adoptar "libremente su decisión", tanto del procedimiento de interrupción voluntaria del embarazo como de las consecuencias que esta intervención tendrá para ellas, sin omitir el cuadro psicopatológico conocido habitualmente como Síndrome Postaborto.

Los firmantes del documento subrayan que el aborto es un drama con dos víctimas inocentes: "Una muere y la otra sobrevive, y sufre a diario las consecuencias de una decisión dramática e irreparable", apuntan.

Los expertos también solicitan, en defensa de los médicos que se oponen a destruir vidas, "la libertad de objeción de conciencia en esta materia, puesto que no se puede obligar a nadie a actuar en contra de ella".

Los expertos que rubrican el manifiesto creen, además, que disminuir el número de interrupciones voluntarias del embarazo pasa por establecer nuevas medidas de apoyo a las mujeres, para que puedan seguir adelante con su gestación, así como por facilitar la adopción.

La campaña publicitaria presentada el pasado lunes por la Conferencia Episcopal Española contra el nuevo proyecto de ley del aborto, en la que se afirma que se protege más la vida del lince que la del ser humano, ha cosechado más críticas que apoyos entre los partidos políticos.

El ministro de Sanidad y Consumo, Bernat Soria, afirmó ayer que los obispos "siguen un camino distinto al de la sociedad" ya que "el debate del abortó sí, aborto no ya se tuvo en España hace veinte años". Más duro en sus manifestaciones se mostró el portavoz del PSOE en el Congreso, José Antonio Alonso, quien aseguró que se trata de una campaña "demagógica y extremista" y se preguntó si la iglesia católica quiere ver en la cárcel a las mujeres que deciden abortar.

Sólo el PP, a través de su portavoz en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, respaldó a los obispos. "Tienen todo el derecho del mundo a expresar su opinión y hacerla valer como consideren oportuno", dijo. La diputada popular acusó al Gobierno de Rodríguez Zapatero de "reformar leyes frívolamente, sin buscar el consenso". En su opinión, la actual ley de despenalización tenía problemas en su aplicación "pero se podían resolver sin necesidad de una nueva ley".

PNV y CIU se unieron a las críticas a la campaña. "Es extremista y populista", afirmó el presidente del PNV, Iñigo Urkullu. "Está al margen de lo que es una fundamentación razonada", añadió. Para Josep Antonio Duran Lleida, portavoz de CIU en el Congreso, es "agresiva y provocadora, aunque entiendo que la Iglesia está en su derecho".

El presidente fundador del PP, Manuel Fraga, afirmó que la ministra de Igualad, Bibiana Aído, va a convertir el aborto "en un sustitutivo del preservativo, y más claro agua". Durante la presentación del libro de Jaime Ignacio del Burgo "El escándalo del lino. Historia de una infamia", Fraga aseguró que la campaña antiabortista de la Iglesia "está muy justificada si acierta en la forma de presentarla", a lo que añadió: "Yo creo que sí".

Fraga afirmó que lo que "es intolerable es la campaña a favor del aborto", que ha calificado de "puro disparate, como lo es que una niña de 16 años pueda por si sola autorizar su aborto".