-¿Cree que la ciudadanía española está interesada en los avances científicos, básicos en el modelo de sociedad actual?

-En los últimos años, ha habido un gran avance respecto a la percepción social de las actividades en investigación, desarrollo e innovación, pero es importante que consigamos socializar la ciencia. Tenemos que ser proactivos, innovadores, crear nuevos formatos. Tenemos que hacer que el ciudadano realmente entienda que, en gran medida, la mejora de su calidad de vida depende de la inversión en I+D+i.

-¿Qué medidas considera que son eficaces para convertir a España en un país competitivo en este ámbito y evitar la fuga de cerebros?

-Para que un país sea competitivo en ciencia, fundamentalmente tiene que trabajar en tres ejes. Tiene que tener las infraestructuras necesarias y se ha hecho un gran avance. De hecho, el presupuesto del Ministerio en 2009 es de 500 millones de euros para invertir en grandes infraestructuras científicas. Estamos hablando de un proyecto ambicioso de 3.800 millones de euros para infraestructuras hasta el año 2024 entre la Administración central y las comunidades autónomas, de tal manera que España ya puede dar garantías de que tiene una visión y un compromiso del impulso a las infraestructuras científicas. En segundo lugar, la actividad tiene que contar con un presupuesto estable y suficiente. Aquí tenemos que recordar que los presupuestos se han multiplicado por tres en los últimos años y de tal manera que, por primera vez en nuestra historia España ya está por encima de la media europea en inversión pública y el país se sitúa ya como la novena potencia científica del mundo. Además, en los últimos 20 años, mientras en el resto, la producción científica mundial se ha multiplicado por dos, en España lo ha hecho por nueve y esto habla de nuestra progresión y capacidades. El tercer factor son las personas, que son la clave y la única manera de introducir el concepto de innovación eficiente es a través de ellas. Por tanto, hay siempre que invertir en educación y en la especialidad que tiene la investigación en las personas. España ha hecho en los últimos años un gran esfuerzo en tener más becas y programas, en estabilizar las posiciones de los investigadores (con el Programa I3, de acuerdo con las comunidades autónomas). En 2009, pretendemos incorporar, mediante un programa que hemos lanzado, 1.300 doctores y tecnólogos a las empresas, que creo que es una de las acciones más rentables para construir unas empresas más competitivas. Y, por último, que es el gran reto y objetivo, desarrollar la carrera investigadora que está contemplada en la nueva ley de la ciencia y la tecnología

-¿Tiene previsto mejorar la situación de los investigadores becarios?

-Se ha avanzado mucho en los últimos años, desde que yo era becaria: hice mi tesis doctoral como cualquier precario del pasado, no del presente, con una beca de cuatro años y sin Seguridad Social. Ahora se ha dado un gran paso, los cuatro años de doctorado se hacen con Seguridad Social y se ha logrado un modelo de dos años de beca y otros dos de contrato. Además, la Ley prevé eliminar las becas y que realmente se vaya a una figura contractual para los investigadores en formación.

-¿La inversión en I+D+i es suficiente? ¿Qué considera que hay que mejorar?

-La inversión tiene que ir en incremento, que sea significativa respecto a nuestro Producto Interior Bruto, pero también es importante la estabilidad. La ciencia tiene que tener una proyección a medio y largo plazo y por eso es importante que el marco pueda ser predecible. En un momento de crisis, en el que no siempre es posible invertir mucho más, siempre es posible invertir mejor. La ciencia tiene que avanzar en su conjunto y potenciar esos núcleos especializados y colaborar para que sean protagonistas del futuro.

-España ha sido noticia en las últimas semanas por proyectos científicos como el centro ibérico de Nanotecnología o el Gran Telescopio de Canarias (Grantecan), el segundo más potente del mundo. ¿En qué posición se encuentra el país en cuanto a I+D+i respecto a las grandes potencias mundiales, como Estados Unidos?

-España ya ha entrado a formar parte de los países de la gran ciencia. Los datos lo avalan y el compromiso de inversión de medio plazo lo sostiene. En astronomía es un claro ejemplo, ya que somos la octava potencia mundial. Además, nuestros investigadores en este campo han pasado en pocos años de una veintena a tener una comunidad de 600 investigadores en astronomía y algunos de los mejores del mundo son españoles.Tenemos ahora mismo una herramienta, el Grantecan, fundamental para estar a la vanguardia en este ámbito e iniciativas como esta nos hacen pertenecer, de pleno derecho, a ese club de países que desarrollan gran ciencia.

-Su departamento impulsa la exportación de las innovaciones realizadas en el país. ¿En qué sectores destacan las empresas nacionales?

-El propio programa de desarrollo de las grandes instalaciones científicas y técnicas singulares (el mapa de ICTS, con esa inversión de 3.800 millones que he mencionado antes) es una gran oportunidad para desarrollar la industria de la ciencia. Son empresas constructoras, empresas de ingeniería las que están abordando grandes retos tecnológicos y con éxito. Un ejemplo es el Grantecan, en el que han trabajado más de mil personas y unas cien empresas, el 70% españolas. Esto demuestra que se están desarrollando proyectos empresariales que pueden presentar y ganar, y me consta que lo están haciendo, concursos para construir otras grandes instalaciones científicas fuera de nuestras fronteras. Este impulso a las infraestructuras no es sólo español, sino también europeo. Hay un despliegue de instalaciones por toda Europa y las empresas españolas que concurren con éxito y demuestran que son capaces de abordar retos tecnológicos de gran calado, como el Grantecan, es por supuesto la mejor carta de presentación para ganar otros concursos fuera de España.

-¿Cuáles serán las propuestas más llamativas de la ley de ciencia? ¿Para cuándo se prevé su tramitación?

-Esta nueva ley es una necesidad de actualización de nuestro sistema de I+D+i. Ya tenemos una magnífica Ley, de 1986, pero España ha evolucionado mucho en su conjunto, se han desarrollado las políticas territoriales en I+D+i y tenemos que avanzar en la gobernanza de la ciencia, en definir la relación con las comunidades autónomas, en la misión de éstas y su impulso a la estrategia nacional en I+D+i. También tenemos que mejorar en la gestión de los presupuestos y de todos los programas, eliminar las barreras y hacer un sistema más eficiente y flexible y, desde luego, en mi opinión, una de las grandes apuestas es desarrollar una carrera científica, que haga de la ciencia una actividad emblemática en el país, que los jóvenes vean que tienen una profesión por delante que puede ser predecible, atractiva y basada en méritos, además de que se promueva la movilidad internacional. Ningún país puede establecer una política que sólo proteja a los suyos. España tiene que atraer talentos sin mirar la nacionalidad. De hecho, no es posible establecer una ciencia de calidad sin la movilidad entre los centros del mundo. No es una opción, es un requisito. Al igual que nos sentimos orgullosos de los logros de nuestros deportistas fuera de nuestras fronteras, también debemos hacerlo porque nuestros campeones científicos triunfen con éxito en grandes centros internacionales, ya que, además, son un gran activo para establecer esa relación que necesitamos entre los centros. En cuanto a los plazos de su tramitación, espero llevar el primer informe en octubre al Consejo de Ministros, por lo que calculo que entrará en trámite parlamentario antes de que finalice este año.