En A Coruña hay censados unos 20.000 perros, alrededor de uno por cada 12 habitantes. Estos otros ciudadanos comparten con sus dueños el día a día, convirtiéndose en un miembro más de la familia. Aún así, no siempre pueden disfrutar con ellos de las vacaciones. En los alrededores de la ciudad existen varias residencias caninas en las que poder dejarlos atendidos mientras disfrutamos de unas jornadas de ocio. A estas alturas, sin embargo, casi todas cuelgan el cartel de completo y algunas, incluso, tienen lista de espera desde hace meses de unas diez o veinte personas.

"No estamos notando para nada la crisis. Durante el mes de julio estuvimos a tope y estos días también tenemos todo completo", explica Manuel Javier Pasaro, responsable de la residencia canina Do Pazo, en Abegondo, un centro que dispone de 50 caniles para perros y seis para gatos.

En la misma línea se expresa Octavio Villazala, gerente del centro canino Montegatto, en Oza dos Ríos. "Tenemos más de 100 plazas y están todas llenas. La demanda está siendo la misma que en otros veranos", indica Villazala, quien sin embargo sí ha detectado un descenso en la duración de la estancia media de los perros, que en muchos casos se ha reducido hasta un 50%. "Ahí sí que se está dejando ver la crisis. Si antes las familias traían a los animales y los dejaban con nosotros 15 días, ahora las estancias se prolongan, como mucho, una semana", señala el gerente de Montegatto.

Las residencias caninas son una buena opción para los viajeros que no puedan desplazarse con sus mascotas. Por un precio medio que oscila entre los 8 y los 12 euros por perro y día, ofrecen servicios de alojamiento, comida, paseo y baño del animal. "Para los perros es una experiencia muy positiva, ya que les ayuda a socializarse. Además, los dueños se quedan muy tranquilos porque saben que sus mascotas están en buenas manos", destaca Octavio Villazala.

La población canina de Galicia se ha duplicado en los últimos 10 años. Por eso no es de extrañar que estas guarderías para perros se encuentren cada vez más solicitadas. No obstante, el perfil del cliente de este tipo de negocios es el de una familia con un nivel adquisitivo medio o medio alto, por lo que los animales llegan a los centros en muy buenas condiciones y tampoco suele haber problemas con el cobro.

"Tenemos todo tipo de clientes. Desde turistas de Madrid u otros puntos de España que vienen a pasar el verano a Galicia y dejan a sus mascotas en nuestras instalaciones porque en los hoteles donde se alojan no admiten animales, hasta el caso inverso, es decir, vecinos de la zona de A Coruña que se marchan de vacaciones y no tienen dónde dejar a sus perros", apunta Manuel Javier Pasaro, de la residencia canina Do Pazo.

Pero los hoteles para perros no sólo funcionan en los meses de verano. Mucha gente que no puede hacerse cargo de sus canes durante los fines de semana también recurre a los servicios de estas residencias.

Otro caso bastante habitual es el de los perros de caza. Muchos cazadores optan por dejar a sus animales en estos centros para que pasen la noche, aunque ellos mismos los alimenten y se encarguen de su limpieza. El responsable del animal es el dueño, aunque en algunos sitios el propio centro se encarga del aseo. Incluso existen servicios de paseo para los dueños que no disponen de tiempo suficiente para sacar a sus perros.

Las residencias caninas cuentan con seguros que cubren cualquier percance que puedan sufrir los animales. Por tanto, los accidentes derivados de la labor de estas guarderías para perros están cubiertas, ya que mientras el dueño está fuera, éstas son las responsables últimas.

Muchos de estos centros, además, están o han estado dedicados a la cría de determinadas razas de perros, o tienen sus propios canes en propiedad.

Si es la primera vez que deja a su mascota en una residencia canina, le convendrá tener en cuenta los siguientes consejos:

. Inspección. Visite las instalaciones antes de dejar allí al animal. Fíjese en la limpieza de las jaulas y compruebe la actitud de los perros alojados. Cerciórese también de que el espacio destinado a su mascota sea de, al menos, 6 metros cuadrados, o el doble si va a compartir jaula.

. Documentación. Su mascota debe tener la cartilla en regla, al igual que el resto de inquilinos de la residencia. Deje además un teléfono de contacto y procure contar con un familiar o amigo de confianza que pueda acudir a la residencia si sucede algo.

. Comida. Solicite que respeten la dieta que lleva su perro y que le den la misma marca de pienso que toma en casa.

. 'Morriña'. La primera vez que deje a su mascota en una residencia, puede llevar un cojín o una prenda con su olor, así el animal sentirá menos la separación.

. Continuidad. En la medida de lo posible, sea fiel a la residencia. La segunda estancia será, para su mascota, mucho menos traumática que la primera.

. Perfil del animal. Advierta a los empleados de la residencia del carácter de su mascota: si es obediente, si le gusta jugar, etc.