La esposa de José Manuel Regadera, ex juez decano de Barcelona, declaró que su marido quiso matarla tras una discusión en la que ambos sufrieron lesiones, mientras que él aseguró que sólo se defendía de su esposa. Ambos, acusados de agresión, declararon en el juicio celebrado ayer en la Ciutat de la Justicia, en el que ofrecieron versiones contradictorias de la pelea que tuvieron en su domicilio el 2 de abril de 2008.

En su declaración, María Rosa Igay dijo que temió por su vida, ya que después de supuestamente agredirla, Regadera le dijo: "Se acabó. Voy a acabar contigo para siempre".

Acto después se dirigiría a la cocina para coger un cuchillo del cajón de los cubiertos y subir de nuevo a la habitación en la que ella se había encerrado. En su conclusión final, visiblemente afectada, ella sentenció: "Mi marido me pegó y me intentó matar esa noche".

Los Mossos D'Esquadra que acudieron al domicilio declararon en el juicio no haber visto ningún arma. Según la declaración de la esposa, Regadera, al que acusó de haber bebido "abundantemente", algo que los testigos dijeron no haber percibido, la agarró de los antebrazos, la zarandeó, la empujó contra la pared y luego contra el marco de la puerta. Después, siempre según la declaración de María Rosa Igay, él la cogió por el brazo con la puerta, aunque finalmente ella logró escapar.

Por su parte, el ex juez decano alegó que solamente se defendía de los golpes que ella empezó a darle tras haber tenido una discusión por una infidelidad que él estaba cometiendo y que ella descubrió después de decidir la separación de la pareja.

Regadera declaró que su esposa, tras dar por acabada la discusión, irrumpió en su habitación -dormían separados desde hacía días- le dio un bofetón, le agarró de los genitales y le propinó rodillazos y patadas, por lo que él la cogió de los antebrazos para intentar echarla de la habitación.

El ex juez decano negó en todo momento haber zarandeado a su mujer, y puntualizó que en el forcejeo recibió también un mordisco por parte de ella.