La compostelana Victoria González tiene 36 años y una jornada vital donde no hay espacio para el aburrimiento o el lamento. Licenciada en Derecho, funcionaria del departamento de Facenda en la Xunta; alumna de la Escola de Idiomas; nadadora; buceadora; es, además, medalla de plata en el Campeonato de España de esquí adaptado.

"Si no fuera discapacitada, no sé si estaría metida en tantos fregados. Yo intento que mi vida sea lo más normal posible; no me siento diferente para hacer esas cosas", explica esta joven, parapléjica desde los 19 años debido a un accidente de tráfico.

En ese siniestro, falleció su mejor amiga. "Desde el principio, me consideré una afortunada. En el hospital, vi casos peores que el mío, gente tetrapléjica sin el apoyo de sus familias, que no podía trabajar ni veía una salida", recuerda.

A la primera decisión de vivir, le siguió la de independizarse. "A los seis meses de salir de la Unidad de Lesionados Medulares me fui a vivir sola", comenta esta mujer "de carácter".

"Al principio, reconoce, sufres un bajón relativo pero hay que echarle un par de narices" además de ser fuerte. "Tras pelearme para que me adaptasen la piscina, consigo ir y me encuentro a una señora que me dice: 'Yo de ti, no vendría'. Pensé: 'Menos mal que no soy usted'. Otra vez, rompí la pierna esquiando. El médico preguntó si no tenía bastante ya con lo que tenía y me pedía dedicarme a juegos de mesa. Este tipo de cosas hunden a otras personas. A mí, me gusta dar otra visión positiva de la situación. No todo se acaba", advierte.

En ocasiones, conversa con pacientes de la Unidad de Lesionados Medulares del Hospital Universitario de A Coruña. "Allí, me encuentro con gente en una situación delicada. Los doctores te piden que hables con estas personas que se quedan sorprendidas cuando les digo que he llegado sola conduciendo, que trabajo. Me siento super bien con estas cosas, ofreciendo una luz a gente que piensa que su vida se ha acabado", explica.

Victoria González recoge hoy, Día de las Personas con Discapacidad, el Premio Manuel I Piñeiro Pallín de la Fundación Amigos de Galicia por su "ejemplo" a la sociedad. En la categoría de entidades, el galardón ha recaído en el Servicio de Integración de la Universidade de Santiago por sus proyectos de eliminación de barreras.