No basta con tener buen corazón. Hay que aparentarlo. Aunque con otras palabras, eso es lo que aconsejaba ayer el director de la Oficina de Coordinación de Trasplantes, Jacinto Sánchez, a los donantes, que tienen que hacer saber a sus familiares que lo son. A su juicio, eso mejoraría la respuesta de sus parientes a la hora de dar el visto bueno a la cesión de órganos cuando fallecen. Y es que, aunque durante el año pasado se registraron en Galicia un 2% más de intervenciones para trasplantar un órgano, cayó la tasa de donantes en un 1,5 -hasta los 30,4 donantes por millón-, un dato que la directora de Asistencia Sanitaria do Servizo Galego de Saúde, María Nieves Domínguez, atribuyó en gran medida al incremento de la tasa de negativas familiares. Sólo de 2008 a 2009, esa tasa se elevó del 21 al 29%.

Los responsables sanitarios de la comunidad no ocultan su inquietud al respecto y por ello han avanzado que han encargado a la facultad de Psicoloxía de la Universidade de Santiago un estudio para conocer a qué se debe la resistencia de los familiares a entregar órganos. El Sergas espera obtener las respuestas en los primeros meses de este año, aunque ya trabaja con los profesionales sanitarios en cursos de comunicación de "malas noticias" en el proceso de donación para lograr convencer a los parientes de la bondad de la posibilidad de salvar la vida a otra persona.

Donante vivo

Al margen de estas preocupaciones, la directora de Asistencia Sanitaria destacó que Galicia sigue ocupando el quinto lugar en cuanto a intervenciones de este tipo en el ámbito estatal y que el número total creció un 2%, pasando de los 267 trasplantes de 2008 a los 272 del año pasado. Como ocurría en años anteriores, la mayoría de las operaciones -127- tuvieron al riñón como protagonista. Además, según destacó Domínguez, 16 de estas intervenciones se hicieron a partir de donante vivo.

Para Domínguez, también resulta un dato positivo que la tasa de donantes por millón, aunque haya caído respecto al año anterior, supere a la de la Unión Europea, que apenas supera los 18.

Asimismo, aplaudió que en las causas de muerte de los donantes -que fueron 85, más de la mitad de A Coruña-, se nota una menor incidencia de los accidentes de tráfico. Hasta el punto de que si en 2000 representaba el motivo del fallecimiento en el 20% de los casos, durante el año pasado este porcentaje se redujo a un tercio. La principal causa de los decesos fueron los accidentes cerebro vasculares, en más de dos terceras partes de los casos, lo que Domínguez atribuyó al incremento de la edad de la población.

Casi la mitad de los donantes de la comunidad gallega superaron en 2009 los 60 años, un porcentaje cinco puntos mayor que el registrado de media en España, y 18 de cada cien superaron los 75 años. En siete de cada diez casos, superaban los 50 años y sólo uno de cada diez no había cumplido los 30.