Pese a las críticas recibidas en los últimos meses por el nuevo decreto de la lengua, con una manifestación en Santiago y más protestas en defensa de la lengua gallega, el conselleiro de Educación, Jesús Vázquez se muestra "tranquilo y convencido". Achaca la contestación social a "minorías" y asegura que, en tres años, su gobierno ya obtendrá "resultados" con centros plurilingües.

-¿Tienen los padres criterio pedagógico para decidir el idioma de asignaturas?

-En la primera consulta que realizamos votó casi un 70% de los padres. Tienen el derecho de opinar y queremos involucrarlos en la educación. No podemos negarles la capacidad de elegir. Es una cuestión que no le desagrada a nadie, incluso a los sindicatos. La norma del 95 marcaba un mínimo de un tercio en gallego; en algunos centros se impartía más y no pasaba nada. Queremos volver a esa flexibilidad que ahora parece no aceptarse ni desde un lado ni desde el otro.

-¿Flexibilidad?

-Hasta el decreto del bipartito, la había. Es que la falta de flexibilidad en la normativa del 2007, denunciada por muchas personas, es lo que provocó el rechazo social.

-¿En qué basaron la urgencia de modificar la actual norma y la existencia de imposición?

-La sociedad demandaba un cambio. El clamor estaba en la calle. Era una promesa electoral. Si ganábamos derogaríamos el decreto del bipartito. Y ganamos por mayoría absoluta. La sociedad habló. Fue la segunda vez en España en la que un gobierno perdió en sólo cuatro años. La primera fue en Baleares, por la ecotasa.

-¿Ese clamor procedía de centros en los que se superaba el 50% de materias en gallego?

-Es que son muchos. Según los datos que manejamos de Inspección Educativa, más de un 20% de los centros impartía o imparte más de un 80% de materias en gallego. Y más del 60% de los centros supera el 50%. A esto se sumaron denuncias ante el Valedor do Pobo. El propio Consello Consultivo advirtió en su momento de que al no fijarse un techo en la lengua se abría la puerta a la inmersión lingüística. Y así ocurrió con el gallego.

-Se recupera Matemáticas en castellano, si los padres quieren.

-La sociedad quiere volver al equilibrio. Y dividiendo las instrumentales en los dos idiomas lo conseguiremos. Probablemente haya colectivos que quieran un 100% en gallego y, otros, un 100% en castellano. Pero no somos una comunidad monolingüe, sino bilingüe. Si marcáramos Matemáticas en gallego y Coñecemento do Medio en castellano supondría un mayor rechazo en el ámbito nacionalista, por el peso lingüístico y la relación con el entorno.

-Si la consulta es cada cuatro años, unas familias decidirán por otras.

-Eso es ser muy enrevesado. Tampoco podemos hacer una educación a la carta. Los libros de préstamo se renuevan cada cuatro años y fijamos un periodo acorde.

-El decreto fue uno de los temas más criticados en el debate de la autonomía. La oposición pide consenso, ¿lo habrá?

-No han querido hacer ni una alegación. Nos pidieron que no nos lavásemos las manos y que legislásemos. Lo estamos haciendo. Aún tienen la posibilidad de unirse pero lo que no puede ser es que unas minorías condicionen lo que apoyó y apoya la mayoría de Galicia. PSdeG y BNG quieren que se mantenga el decreto del bipartito. Me choca por parte de los socialistas, cuando el lehendakari Patxi López está implantando un modelo plurilingüe, como el que buscamos nosotros. El próximo curso estrenan 40 centros plurilingües.

-Pero el Gobierno vasco tiene varias líneas de inmersión en castellano y euskera.

-Me refiero al inglés. Sí, pueden elegir varias líneas. Nosotros no podemos porque la propia Lei de Normalización Lingüística no permite separar por lenguas; supondría un coste insostenible y tampoco contábamos con el apoyo de PSdeG y BNG.

-¿El tercio de asignaturas en inglés se conseguirá potenciando las secciones bilingües (materias no lingüisticas impartidas en lengua extranjera)?

-Se potenciarán, pero el modelo va más allá. Crearemos centros plurilingües.

-¿Qué incentivos habrá para los profesores que quieran impartir su asignatura en inglés?

-Relacionamos la palabra "incentivos" con "económicos" pero no será el caso. A veces, en Educación es mejor un aplauso, un gesto, un beso o una palmadita por el esfuerzo realizado. Serán incentivos a nivel de formación.

-¿Ayudará el libre uso del idioma en el aula a que el gallego deje de ser la lengua minorizada?

-Lo que no se puede es imponer porque provoca un efecto contrario, de rechazo. Profesores próximos al nacionalismo llegaron a decir: "A veces tanto se ama que se puede ahogar la lengua". Un alumno con 10 o 12 años tiene competencia en las dos lenguas cooficiales. Se culpa al sistema educativo como si fuese el único responsable, y en el uso del idioma entran más factores. Hay un cambio demográfico y generacional.

-Es la primera norma que da un paso atrás en la presencia del gallego en la enseñanza.

-Hay una reacción feroz por parte de unas minorías. Si te encierras en ti mismo, cada vez te quedas más aislado. El gallego no tiene propietarios.

-Un miembro de su partido y de su provincia mostró en público su rechazo a la normativa.

-Si se refiere al presidente provincial, José Manuel Baltar, no es así. Lo apoya completamente. Es mi amigo y, además, hablamos a diario.

-¿Se considera galleguista?

-¿Tú naciste aquí? ¿Vives en Galicia? ¿Quieres a Galicia?

-Sí.

-Yo también.

-¿Por qué cree que este decreto genera tal rechazo?

-Acepto las protestas pero no las comparto. Ciertos grupos quieren generar confusión y miedo. Nos acusan de actuar sin pautas y las tenemos muy claras. Me paran por la calle y me dicen que no cambie, por favor, que continúe. También hay gente que me dice lo contrario.

-¿Teme que esta norma le pase factura en una posible remodelación del Gobierno?

-En absoluto. Escuché que podrían forzar mi dimisión por caer los fondos de la consellería. ¡Por favor! Todo lo que hago tiene el visto bueno del presidente. Además de equipo, somos amigos.

-El nuevo plan de financiación de las universidades, ¿les permitirá remontar de la crisis que atraviesan por falta de ingresos?

-El nuevo plan fijará unos objetivos que se cumplirán poco a poco, no se podrán alcanzar el primer año. La Xunta inyectó 30 millones para paliar la caída de fondos estatales. Nosotros hicimos un esfuerzo y le pedimos a ellas lo mismo porque la situación de las universidades no mejorará en dos años.