Apuesta por trasladar el principio de las tres R -reducir, reutilizar y reciclar- de los residuos al mundo de la moda para evitar el impacto sobre el medio ambiente que tiene el consumo de ropa sin control que realiza Occidente. Para la vocal de Consumo Responsable de Adega, María José Castro, la ropa ecológica "es una alternativa" pero no la única solución para luchar contra la destrucción de la naturaleza desde nuestro armario.

-¿Qué peligros entraña la ropa tradicional para la salud del ser humano?

-Las sustancias tóxicas que incluyen las prendas de vestir -como plomo, cadmio o ftalatos- pueden ser problemáticas ya que algunas son persistentes, se acumulan en el organismo y otras pueden provocar alergias. Son cantidades muy pequeñas pero que a largo plazo pueden afectar desde el sistema nervioso, hasta el endocrino o resultar cancerígenas.

-¿Por qué no se actúa contra el uso de estas sustancias en las prendas textiles?

-El problema es que su efecto es a largo plazo y tampoco se puede demostrar al 100% que se trate de la ropa ya que en nuestra vida diaria estamos rodeados de múltiples tóxicos a través de los cosméticos, los artículos de limpieza... Pero quizás el mayor peligro no es para los usuarios sino para quienes trabajan fabricando este tipo de artículos.

-Están más expuestos...

-Sí. Los tintes que se utilizan en las fábricas, los pesticidas de las grandes plantaciones de algodón, por ejemplo, afectan principalmente a quienes los manejan. A la hora de comprar una prenda que es muy barata deberíamos reflexionar porque en la mayoría de los casos su producción corre a cargo de personas que trabajan en condiciones abusivas, sin medidas de seguridad y donde apenas se reconocen sus derechos.

-La ropa ecológica es, por tanto, una solución.

-Sí aunque de momento hay poca variedad y es difícil encontrarla en todas partes. Pero sin recurrir a estas prendas podemos ayudar al medio ambiente. Basta con reflexionar sobre cómo es el proceso de producción de una prenda.

-¿Qué daño al medio ambiente hay detrás de la elaboración de una prenda?

-Al margen de las condiciones de algunos trabajadores está el coste ecológico que supone el transporte de las mercancías, la huella hídrica -para hacer unos vaqueros se gastan unos 11.000 litros de agua y nosotros tenemos varios en casa para combinarlos- o el problema cuando ya no queremos algo y lo tiramos. Apenas hay puntos limpios y son productos de difícil reciclaje.

-¿La solución pasa por aprender a comprar?

-Efectivamente. El principio de las tres R. Reducir el número de prendas, comprar solo las necesarias; reutilizarla, es decir, en ocasiones recurrir a vestidos prestados o heredados y aprender a reciclar.

-La ropa es todavía de los productos ecológicos con menos público. ¿A qué se debe?

-Supongo a que es algo muy personal y que de momento no hay mucha variedad. De todos modos es un mercado más lento que otros pero que va aumentando poco a poco y cada vez hay más gente concienciada.