Apuestan su futuro profesional a una sola carta y esperan decir adiós para siempre a la cola del paro gracias a un examen. Convertirse en funcionario es el sueño de toda la vida de muchos gallegos pero la responsable de que el número de opositores en la comunidad haya aumentado hasta un 20% en dos años es la crisis económica, según afirman varias academias que preparan este tipo de pruebas en A Coruña. Pero más candidatos no se traduce en mayor competencia. Los profesores aseguran que sólo un tercio de los que se presentan "llevan realmente preparada la oposición".

Basta con analizar la próxima oferta de empleo público en la enseñanza de Galicia para comprobar que la inestabilidad económica y laboral ha movilizado a los ciudadanos: más de 12.000 personas aspiran a las 967 plazas de profesor que oferta la Xunta, un 21% más que en las anteriores pruebas cuando se presentaron 9.900 gallegos. Unos datos que confirman desde A Coruña. "Sí que se ha notado un repunte porque hay mucha gente que se ha quedado en paro y aprovecha mientras recibe la prestación para prepararse una oposición", señala la directora de la sede coruñesa de Academia Postal, Esther Moscoso. "Antes los opositores eran vocacionales, tenían claro desde el principio que al finalizar su carrera querían optar a una plaza en la Administración pero ahora no, es gente que viene buscando una escapatoria tras no encontrar trabajo", añade el responsable de La Academia, Luciano Castiñeiras.

Un nuevo perfil de opositor que no siempre es el más idóneo. "La gente que se deja encandilar por la crisis para preparar una oposición suele echarse para atrás porque descubren que es más duro de lo que pensaban", sostiene Moscoso. "Esto requiere de cierto esfuerzo y por ello, las cifras de abandono son muy elevadas", añade Castiñeiras. Al desencanto de descubrir qué consiste realmente sacar una oposición hay que unir que muchos de estos nuevos candidatos no tienen las ideas claras. "Casi la mitad de los que se inscriben en nuestro centro no saben a qué presentarse, vienen a ver un poco lo que hay", señala Moscoso.

Quieren las cosas fáciles y rápidas. Por ello suelen optar por las oposiciones de tipo bajo -para las que se exige un menor nivel de estudios-, aquellas que ofrecen plazas dentro de la comunidad gallega y las que tienen el examen a más corto plazo. En época de crisis, el objetivo es sacar la plaza cuanto antes mejor aunque para ello sea necesario cambiar la oposición para la que se está estudiando a mitad de camino. "A principios de este curso tuvimos que cerrar la matrícula porque teníamos todos los grupos llenos", señala Daniel Romay, responsable de la Academia Efica de A Coruña, donde imparten clases para optar a Inspector de Turismo y profesor de Secundaria de Hostelería y Turismo. "Al final no han salido plazas para 2010 y mientras otros años la gente no dudaba en esperar y seguir preparándose para otra ocasión, ahora han optado por buscar otra oposición", sostiene este profesor.

Las prisas no son buenas y los profesores alertan de que quienes siguen esta dinámica no suelen encontrar un aprobado en las notas finales. "Hay excepciones pero lo normal es que no puedas prepararte para un examen de este tipo en tres meses. Para una oposición de grupo bajo se necesita una media de un año mientras que para una de grupo alto, eso es lo mínimo", señala Moscoso. Ante esta situación, los docentes lo tienen claro: más candidatos a una oposición no se traduce en una mayor competencia. "Son pocos los que las preparan realmente bien", sostienen.

La clave para ir por el camino del aprobado está, según los docentes, en "la constancia". "Hay que ser constante en el estudio y centrarse en lo importante, no desanimarse porque salen menos plazas de las esperadas o porque cambian la fecha del examen", sostienen desde Academia Postal. Los profesores no lo dudan: aprobar es complejo pero no misión imposible. Animan a presentarse, pero sin olvidar que se trata de una carrera de fondo.