Cristina Prieto tiene 56 años y un cáncer de pecho que le ha obligado a pasar por el quirófano y a recibir quimioterapia. Superada esa primera fase de su recuperación, el pasado 1 de junio, esta vecina de A Coruña debería haber iniciado un tratamiento de radioterapia, de carácter diario y de mes y medio de duración, en el Centro Oncológico de Galicia. Dieciocho días después, sin embargo, sólo ha podido someterse a tres sesiones. La avería de uno de los dos aceleradores lineales de los que dispone el centro para administrar esa terapia ha obligado a los responsables del sanatorio a posponer, de forma reiterada, su tratamiento y el de otros muchos pacientes.

"Cuando iba a iniciar la radioterapia (el pasado 1 de junio) me llamaron dos veces para cancelar la cita porque el acelerador lineal se había averiado. Ocho días después por fin, pude recibir la primera sesión, aunque la saturación del servicio era tal -nos citaron a todos los pacientes a las cuatro de la tarde-que tardaron casi dos horas en atenderme. Pese a todo, intenté darme por satisfecha porque, al menos, había empezado el tratamiento. Al día siguiente, sin embargo, ya no recibí la segunda sesión, pues me llamaron por la mañana para que no acudiera esa tarde porque la máquina había vuelto a estropearse. Así, una y otra vez", explica Cristina, quien hoy mismo tiene previsto presentar una reclamación ante Atención al Paciente del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), ante el Sergas y ante el propio Centro Oncológico de Galicia, para evitar que situaciones de ese tipo se vuelvan a producir. "No hay derecho a que un enfermo tenga que pasarse dos horas en una sala de espera para recibir una sesión de cinco minutos de un tratamiento, que había sido programada con antelación y que, además, se pospuso en reiteradas ocasiones. Sobre todo, teniendo en cuenta que las personas que estamos luchando para superar un cáncer somos pacientes con una patología muy especial, sometidos a un tratamiento muy especial que nos deja débiles, vulnerables y sin ganas de quejarnos", señala.

El de Cristina no es, lamentablemente, un caso aislado. Otros pacientes han visto como sus sesiones de radioterapia se retrasaban por culpa de la avería del acelerador lineal. No obstante, alrededor de sesenta enfermos de las áreas sanitarias de A Coruña, Ferrol y el norte de Lugo reciben ese tratamiento en el sanatorio coruñés.

"Si a mí, que vivo en el centro de A Coruña, ya me supone un trastorno el tener que desplazarme hasta el Centro Oncológico y pasarme varias horas allí sin saber si finalmente podré recibir la radioterapia, no me imagino cómo se tendrán que sentir los pacientes que vienen desde Ferrol o desde Lugo y que, supongo, también se habrán tenido que marchar, en alguna ocasión, sin haber sido atendidos", subraya Cristina.

Por su parte, responsables del Centro Oncológico de Galicia reconocieron ayer a este periódico que uno de los aceleradores lineales lleva "varios días" estropeado y lamentaron los perjuicios que esa situación está ocasionando a los pacientes. Además, aseguraron que, a última hora de ayer, varios técnicos llegados desde Madrid trabajaban a contrarreloj para tratar de arreglar, de una vez por todas, la máquina averiada, un dispositivo que lleva cerca de 14 años en funcionamiento.