La época de vacas flacas continuará un par un años más para las universidades gallegas. Durante los dos próximos ejercicios tendrán que seguir moviéndose en un escenario de restricciones presupuestarias y tocará "apretarse el cinturón" porque la caja no da para más. Así lo advierte la Consellería de Educación, que propone a las instituciones académicas que se replanteen sus inversiones en nuevas infraestructuras e incluso que tomen en consideración la posibilidad real de deshacerse de algún edificio que no resulte necesario con el fin ahorrar gastos.

A raíz de la crisis económica, los fondos habilitados este año por la Xunta para las tres universidades bajaron en más de once millones con respecto a 2009 y se quedaron en poco más de 390 millones de euros. El descenso fue del 2,5%.

Aunque de momento se desconoce cuáles serán las cifras exactas para 2010, el secretario xeral de Universidades, José Alberto Díez de Castro, ya avanza que el escenario del futuro inmediato será de contención.

"Las restricciones presupuestarias que tienen y van a tener las universidades les obligarán, como a todo el mundo, a apretarse más el cinturón. Las previsiones para los dos próximos años son aún de más restricciones a todos los niveles y las universidades tendrán que hacer un esfuerzo de autodiagnosis y definir sus objetivos estratégicos para, a partir de ahí, realizar los esfuerzos en eficiencia reordenación interna necesarios", anuncia el secretario xeral de Universidades.

Díez de Castro añade que la previsión de recorte afectará a todos los sectores públicos y que la universidad no será una excepción. "Los presupuestos de 2011 serán más bajos para todo el mundo y entonces a la universidad le tocará una parte", dice.

Pero el toque de atención va más allá y desde la Consellería de Educación se propone la idea de poner a al venta algunos edificios. Preguntado sobre si las universidades, al igual que las administraciones públicas y empresas, deberían adelgazar también su estructura para adecuarse a los tiempos de crisis y proceder a la desinversión de inmuebles, la respuesta de Díez de Castro fue: "Puede ser, puede ser. Cada universidad tiene una situación distinta, unas con muchos edificios, otras con pocos... Tiene que ser una decisión interna, pero realmente es una posibilidad que tienen que contemplar las universidades dentro de sus políticas de eficiencia y prioridad de gasto. Y a lo mejor, sobra, entre comillas, algún edificio o no es necesario ni imprescindible".

Este escenario de restricción presupuestaria lleva a plantear a las instituciones académicas la conveniencia de que reflexionen además sobre sus planes de expansión. "También tendrán que pensar la política de inversiones en nuevas infraestructuras", avisa Díez de Castro.

Y es que el desarrollo programado en los últimos años, con el incremento de las plantillas y la construcción de nuevos edificios y centros, no tiene mucho sentido ahora inmersos en una de las peores crisis económicas.

"Tienen que parar. Tienen que parar todas las administraciones de cualquier tipo, la empresas... Es inevitable. Estamos ante un cambio muy profundo y cuando salgamos de la crisis nada volverá a ser igual. El cambio de sistema afecta a las universidades y en vez de tener una perspectiva de lo que importa es tener más centros y alumnos, vamos a pasar a otra etapa donde lo importante es la calidad más que la cantidad", argumenta el secretario xeral de Universidades.

En todo caso, la asignación concreta al sistema universitario gallego se plasmará en 2011 en el nuevo plan de financiación en elaboración, en el que se establecerá una parte fija para atender los costes de personal y de infraestructura básica y otra variable en función de determinados indicadores de calidad. Pero las cifras no se cerrarán, como explicó el secretario xeral, hasta que se redacten los presupuestos de la comunidad autónoma en septiembre y se sepa exactamente el dinero con que contará la Xunta.