El presidente de la Sociedade Galega de Educación Ambiental (SGEA), Pablo Meira, ha destacado que Galicia es "una potencia" en cuanto a educación ambiental y, por ello, ha lamentado que sus profesionales y recursos no sean aprovechados por las administraciones para poner en marcha políticas relacionadas con este ámbito.

"Siempre ha sido ignorado, sólo se aprovechan las sinergias en actividades puntuales", ha concretado Meira, para incidir en que la formación del sector "no está rentabilizada" y que sus equipamientos están siendo "infrautilizados".

Esta es una de las conclusiones que se extraen del 'Proyecto Fénix', un estudio diagnóstico de la educación ambiental en Galicia, que ha presentado hoy Meira junto con el director xeral de Sostibilidade e Paisaxe, Manuel Borobio. Por su parte, este alto cargo de la Xunta ha destacado que se trata de "la primera vez que se hace" y que ha servido para "actualizar los datos" con que contaba el Gobierno autonómico desde que en 2001 se puso en marcha la Estrategia Galega de Educación Ambiental.

A mayores, Pablo Meira ha subrayado que este trabajo se inició durante la etapa de Gobierno del bipartito, dado que la estrategia definida por la Xunta en 2001 tenía una vigencia de seis años. Así, los anteriores responsables de la Consellería de Medio Ambiente realizaron en 2006 una revisión del documento en la que también se analizó su "efectividad e influencia" y el estado del sector.

El resultado de estas actuaciones es una compilación de seis volúmenes que recogen información sobre las empresas de educación ambiental y la profesionalización del sector, sobre equipamientos y colectivos ambientalistas y ecologistas y su potencialidad como agentes de educación ambiental; así como una aproximación a la educación ambiental en el sistema educativo y a la participación social.

PRESTIGE

Además, según ha indicado el presidente de la SGEA, contiene "los primeros resultados demoscópicos sobre cultura ambiental de Galicia", con fecha de 2007. "Tiene datos muy interesantes que explican por qué hubo esa explosión socioambiental con el Prestige", ha destacado, para explicar que la concienciación que "se lleva haciendo desde los años 70" permitió que el accidente del petrolero se entendiera como "una catástrofe".

De hecho, ha resaltado que "más del 33 por ciento de la sociedad gallega mayor de 18 años participó en alguna actividad relacionada" con su hundimiento, como participar en manifestaciones o firmar algún manifiesto para exigir responsabilidades. "Es un porcentaje altísimo", ha enfatizado, consciente de que es síntoma de "una sociedad madura y de una cultura ambiental muy importantes".

Por último, Manuel Borobio ha indicado que la colaboración de su departamento con la SGEA "continúa", dado que se está llevando a cabo un mapa de recursos de educación ambiental cuyo propósito es "buscar una gestión más eficiente y eficaz" y "sacar un mayor rendimiento" a todo el equipamiento y personal con el que cuenta la Comunidad gallega.