La Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia (ECRI) está "profundamente preocupada por el trato que reciben actualmente los inmigrantes gitanos en Francia", según hizo saber ayer en un comunicado este organismo dependiente del Consejo de Europa, advirtiendo de que las expulsiones no son una "respuesta duradera".

En un informe publicado en junio pasado, la ECRI ya había pedido a las autoridades francesas que "combatieran las actitudes racistas y la hostilidad de la población mayoritaria contra esta comunidad". En opinión del organismo, las declaraciones recientes por políticos y responsables gubernamentales galos han contribuido a "estigmatizar a los inmigrantes gitanos", a los que "se considera responsables colectivamente de delitos criminales". "La ECRI no puede sino mostrar su decepción por este hecho negativo", afirma.

Pese a que en 2005 la ECRI ya había recomendado a Francia que garantizara los derechos sociales de los gitanos a vivienda, sanidad y educación, "en 2010 estas personas todavía viven en condiciones miserables en campamentos improvisados". "Una política basada en las expulsiones y los incentivos para abandonar Francia, incluso asumiendo que se cumplen los estándares pertinentes en materia de Derechos Humanos, no puede aportar una solución duradera", advirtió este organismo europeo, independiente de la Unión Europea.

Dos miembros del Gobierno rumano se reunirán hoy en París con los ministros galos de Interior, Brice Hortefeux, y de Inmigración, Eric Besson, para abordar la polémica suscitada por expulsión de gitanos a Rumanía y Bulgaria. Los ministros recibirán al secretario de Estado encargado de la reinserción de gitanos, Valentin Mocanu, y al secretario de Estado de Interior, Valentin Fatuloiu, en un encuentro que "permitirá hacer balance con la parte rumana" de las medidas que aplica Francia, dijo ayer el portavoz del Ministerio galo de Exteriores. La reunión se inscribe en la continuidad de las consultas realizadas para tratar este tema con autoridades rumanas.