De creer que los olvidos de una persona mayor de 70 años "eran cosas de la edad" a que cualquier familiar de un paciente con alzheimer sepa en qué consiste la enfermedad, cómo va a evolucionar y a dónde puede acudir para pedir ayuda. La situación de esta patología -para la que todavía no hay curación- ha dado un giro de 180 grados desde que la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de A Coruña (Afaco) abrió sus puertas, hace ahora 15 años, hasta la actualidad. "Se ha avanzado mucho, pero todavía queda mucho por hacer", señalaba ayer la presidenta de la entidad, María del Carmen Martínez, durante la presentación de la memoria realizada con motivo de este décimo quinto aniversario, en la que homenajearon al socio más antiguo: Germán Cortés.

"Cuando empezamos, el conocimiento del alzheimer era muy limitado incluso entre los médicos, algo específico de los neurólogos", señala la tesorera de Afaco, Mercedes Bahamonde, quien añade: "Todo lo englobaban dentro de la demencia senil". Las cosas han cambiado mucho y por ello, también las dudas que presentan los familiares que se acercan a la asociación. "Al principio tuvimos que realizar una labor de divulgación y derribar muchos mitos como que estos pacientes eran agresivos, que la enfermedad era hereditaria...", indica Bahamonde y resalta: "Ahora mismo hay información al alcance de la mano de cualquiera, si la familia está interesada puede conocer todo el proceso de la patología".

La entidad coruñesa -que empezó con 61 socios y ya supera los 1.100- fue la segunda asociación de este tipo que se creó en Galicia y pionera en A Coruña, donde hay unos 5.000 enfermos. Lejos de quedarse sólo en un centro donde informar a los familiares de pacientes con demencia, Afaco se ha convertido en una asociación multidisciplinar, que combina la labor formativa con la atención a pacientes.

Los casi veinte trabajadores del centro que la asociación tiene en San Diego atienen cada día a 80 pacientes que acuden a talleres de estimulación físico-cognitiva. De forma individual o en grupo, los mayores realizan actividades para estimular la mente, la memoria a largo plazo o mantener las capacidades que aún conservan. Además, Afaco ofrece servicios de musicoterapia -que ayuda a retrasar los síntomas de la enfermedad-, ludoterapia -actividades de tipo manual para que el paciente sienta que debe participar en algo y no se aisle- o logopedia, para mantener las capacidades del lenguaje y comunicación del paciente o rehabilitar aquellas que hayan perdido con el deterioro de la patología. Además, para quienes no puedan desplazarse hasta el centro, la asociación ofrece este servicio de estimulación a domicilio e incluso cuenta con transporte adaptado.

Pero no sólo los pacientes tienen su espacio en Afaco, los cuidadores son el otro gran pilar de la asociación coruñesa. Para ellos, la entidad cuenta con servicios de asesoría jurídica, información médica, apoyo psicológico o sesiones de fisioterapia. Todo ello unido a las continuas charlas o conferencias que organizan con el fin de concienciar a la población sobre esta patología.

Pese a los avances de la última década, aún queda mucho por hacer. El principal reto de la asociación es que se atienda correctamente a los pacientes con la patología en estados iniciales. "Quienes ya tienen una incapacidad cuentan con recursos gracias a la ley de dependencia, pero hay que apostar por diagnosticar y tratar antes para retrasar los síntomas", indican. Los expertos luchan por mejorar el día a día de a quienes con los recuerdos se les va el resto de su vida.