A Coruña cuenta con la primera unidad privada de Videocirugía Torácica Mínimamente Invasiva, que realiza intervenciones con esta técnica en todo tipo de patologías torácicas. El cirujano, Diego González Rivas, trabaja con Mercedes de la Torre y el leonés Ricardo Fernández en este proyecto. El equipo opera en tres hospitales de la ciudad: el Modelo, el San Rafael y el USP Santa Teresa. Los facultativos han sido los primeros en el mundo en realizar intervenciones en lesiones pulmonares localizadas en los lóbulos con una única y mínima incisión. González Rivas ve en el camino hacia la mínima invasión el futuro de la cirugía torácica.

-¿Qué es la videocirugía?

-Es una técnica para operar las resecciones pulmonares mayores mediante unos orificios muy pequeños de unos cuatro centímetros en el tórax, casi siempre a un nivel de cinco grados del espacio intercostal. Por estos agujeros se introduce una microcámara y el instrumental necesario mientras se realiza todo el procedimiento mirando al monitor. Lo que nos convierte en pioneros en todo el mundo, es que extirpamos tumores de pulmón, método que se conoce también como lobectomía, en una única incisión. Este proceso poco agresivo se emplea en las operaciones "menores", es decir, en lobectomías inferiores y medias con una incisión de entre uno y tres centímetros.

-¿Qué patologías se pueden intervenir con esta técnica?

-La videocirugía se puede usar en todo tipo de patologías benignas que se encuentren dentro de las cavidades torácicas. El método es efectivo en la extirpación de tumores de pulmón o lobectomías, cáncer de mediastino tanto anterior como posterior, biopsias pulmonares, intervenciones para reducir el volumen pulmonar, además de cirugías de la pleura, del neumotórax y del nervio simpático torácico.

-¿En qué casos se desaconseja operar con una sola incisión?

-La técnica de la única incisión se practica en los lóbulos inferiores y medios porque para los superiores seguimos empleando dos orificios. Con los avances que hemos logrado en estos años, es raro que haya que proceder con operaciones con tres o más vías. En tumores muy avanzados o en ganglios demasiado grandes, la localización anatómica puede dificultar la incisión y a veces no queda otro remedio que recurrir a la cirugía abierta. Pero en el 98% de los casos, se puede proceder con dos vías.

-¿Qué ventajas presenta la cirugía mínimamente invasiva frente a la convencional?

-Gracias a que la intervención es menos invasiva, el paciente se recupera más rápido. En la mayoría de estas intervenciones, al cabo de 48 horas se suele dar el alta y eso también favorece a los que tienen que someterse a un tratamiento de quimioterapia, porque pueden recibirlo antes. Las ventajas son infinitas: menor dolor postoperatorio, mayor recuperación funcional a largo plazo, un mejor resultado estético y menos complicaciones en el postoperatorio, porque son poco frecuentes los sangrados y las infecciones. Además, favorece la respuesta inmunológica a la enfermedad y el organismo está más preparado para hacerle frente. En una cirugía abierta hay que hacer un corte de unos quince centímetros y separar las costillas entre ocho y diez centímetros. Estos cortes son los que más problemas y dolores provocan después de la operación y los que ralentizan la recuperación.

-¿Qué experiencia tienen los integrantes de su unidad de videocirugía en este tipo de intervenciones?

-Los tres cirujanos hemos tratado a más de 200 pacientes con videocirugía y tenemos una larga experiencia en el servicio de Cirugía Torácica del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac). En mi caso, he aprendido las bases del proceso en Estados Unidos hace cuatro años. Me impregné de las técnicas de Los Ángeles, donde se usaba la toracoscopia o cirugía torácica vídeo asistida sólo para los procedimientos mayores. Una vez aquí, desarrollamos nuestro propio método, dirigido a la videocirugía mayor. Comenzamos a practicar con intervenciones en las que empleábamos dos orificios y hace tres meses probamos con una sola incisión, lo que nos convierte en pioneros.

-¿Por qué hay tan pocos centro que se atrevan con la videocirugía?

-Existen muchos estudios que demuestran las ventajas de este abordaje, pero a pesar de este hecho hay pocos centros en Europa que realizan este procedimiento de forma sistemática para la cirugía del cáncer de pulmón. La curva de aprendizaje es complicada y requiere una media de entre cincuenta y sesenta casos. Nosotros en el Chuac hemos operado a unos 240 pacientes, aprendizaje que perfeccionamos ahora desde nuestra unidad de videocirugía. En Estados Unidos el 30% de los tumores de pulmón se intervienen por la toracoscopia y en Europa, el un 10%, casi siempre por tres vías. Un equipo de Sevilla también usa la videocirugía para operar el cáncer de pulmón pero con cuatro entradas y nuestra unidad ha evolucionado hasta poder operar con un solo orificio. En centros de Zaragoza, Alicante y Madrid están empezando a experimentar con esta técnica, todavía ahora con la videocirugía.

-¿Cuáles son los retos a corto plazo de esta unidad?

-Desde la unidad trabajamos para ampliar nuestro abanico de pacientes y desarrollar la cirugía por una vía en los lóbulos superiores, es decir, en los tumores localizados en la parte de arriba del pulmón. Hasta ahora, las lobectomías con una incisión se realizan solo en los lóbulos inferiores. Al principio tratábamos cánceres iniciales y ahora también algunos avanzados.