El Juzgado de Instrucción número 2 de A Coruña ha admitido a trámite la querella presentada por unos padres contra dos pediatras del Hospital Modelo por presunto homicidio imprudente tras la muerte de su hija de 4 años después de ser sometida a una operación, en marzo de este año, para una extracción de amígdalas y vegetaciones, según informó ayer El Defensor del Paciente. Fuentes del centro hospitalario declinaron hacer cualquier tipo de declaración sobre el caso a este periódico.

La asociación de defensa de los pacientes, sin embargo, aseguró ayer que la operación se llevó a cabo por parte de un otorrinolaringólogo sin complicaciones y "con total normalidad". Pese a todo, tras ser trasladada a la habitación, la niña empezó a sentir molestias a medida que avanzaba la tarde, llegando a vomitar. El Defensor del Paciente sostiene que el médico consideró los "síntomas normales tras una intervención de este tipo", aunque precisa que éstos se agravaron con "pequeños espasmos" que se fueron intensificando "en intervalos de tiempo cada vez menores".

La menor sufrió posteriormente "una grave convulsión" tras la cual, el pediatra de guardia, "le detecta una llamativa bajada del nivel de sodio (hiponatremia) en sangre", añade El Defensor del Paciente, que sostiene que de madrugada la niña sufre una nueva convulsión. Con posterioridad, la nueva pediatra de Urgencias le cambia el tratamiento y se le realiza un TAC, que constata "un severo edema que finalmente le ocasiona la muerte cerebral", explica esta asociación, que asegura que así lo determinan también "las pruebas más exhaustivas que se le practicaron en el Materno, a donde fue trasladada".

El padre de la menor, Raúl Varela, que, en su condición de abogado lleva también el caso junto a otros dos letrados, indicó que lo que reclaman es "que se haga Justicia" ante lo que calificó como una actuación "negligente" por parte de los dos pediatras que se encargaron del postoperatorio. En su opinión, se le dio a la niña un tratamiento incorrecto ante el estado que presentaba "porque la medicación que se pautó era escasa". Además, señaló que el primer pediatra "no vio a la niña" porque tenía "una guardia ambulatoria y estaba en su casa cuando dice que se le mantenga el tratamiento".

En el caso de la segunda pediatra que la atendió, los padres de la menor entienden que "reaccionó tarde" cuando le cambió las dosis pautadas. Además, sostienen que les ocultó que la niña había sufrido "una parada cardiorrespiratoria".

En los mismos términos se pronunció ayer el letrado de El Defensor del Paciente en Galicia, Cipriano Castreje, para quien hubo una "mala praxis" por parte de ambos pediatras. "Todas las decisiones fueron, a nuestro juicio, tardías", señaló. Además, Castreje precisó que piden que ambos especialistas declaren en calidad de imputados. El delito de homicidio imprudente conlleva penas de prisión e inhabilitación de hasta seis años.