Un paso adelante para aclarar un concepto, el del purgatorio, sobre el que todavía circulan falsos mitos entre los católicos. Esta es la definición que los sacerdotes coruñeses hacen de las declaraciones realizadas por Benedicto XVI el pasado miércoles en las que aseguraba que el purgatorio no es un espacio concreto sino "un fuego interior". Los párrocos de A Coruña respaldan las palabras del Papa, pero difieren a la hora de analizar quién tiene la culpa de que, durante siglos, los católicos relacionasen el purgatorio -donde se purifican las almas- con un lugar físico, lúgubre y presidido por el fuego.

"Es un progreso muy importante que el Pontífice aleje el purgatorio de la falsa idea de que es un lugar de terror, dónde había que pasar una especie de examen, porque estas creencias impedían incluso el desarrollo de las personas", sostiene el párroco de la localidad coruñesa de Xestoso, Luis Rodríguez Patiño. "Las declaraciones del Papa son una ayuda para acabar con la imagen plástica que había del purgatorio como un espacio lleno de llamas", añade el Ministro Presidente de la Venerable Orden Tercera de A Coruña, Salvador Peña, quien añade: "Es una actitud positiva ya que en el magisterio de la Iglesia está el aclarar conceptos erróneos que existen sobre los dogmas".

Los párrocos coruñeses sostienen, al igual que el Papa, que el purgatorio es un proceso espiritual. "Tanto el cielo como el infierno o el purgatorio son estados, pero no estados de ánimo vinculados a una emoción sino modos de ser, manetas de existir ante Dios", sostiene el sacerdote Andrés García Vilariño. Una idea que comparte Salvador Peña: "Es un estado del alma que necesita purificación para llegar a la unión total con Dios".

Pero pese a que todos defienden desde hace años esta definición del purgatorio, no se ponen de acuerdo sobre porqué la población tenía un concepto equivocado del mismo. Unos entonan el mea culpa y acusan a la propia Iglesia mientras otros hablan de motivos ajenos a la doctrina católica. "Durante muchos años la Iglesia fue un aparato ideológico capaz de influir en la gente, es positivo que se acabe con las falsas creencias sobre el purgatorio", sostiene el párroco de Xestoso. Hacia los textos católicos también mira García Vilariño. "El problema de que la gente tuviese esa idea del purgatorio o el infierno viene de hacer una interpretación literal de las expresiones apocalípticas de las escrituras. En ellas se utiliza un lenguaje simbólico y hay que tener en cuenta que sus autores no tenían el concepto de cosmos que tenemos ahora", señala aunque sostiene que, en su opinión, el hablar del purgatorio como un lugar físico es algo que "la mayoría de católicos ya superó hace tiempo".

Para algunos sacerdotes, sin embargo, la Iglesia siempre tuvo claro que el purgatorio era un proceso espiritual. "El Papa lo único que ha hecho es ratificar lo que dice el catecismo", sostiene Salvador Peña, quien atribuye a los artistas la representación errónea del purgatorio. "Los artistas han tenido que plasmar plásticamente conceptos como el cielo o el infierno y esto es lo que llevó al error", señala.

Para evitar que los feligreses continúen con una concepción errónea de ciertos dogmas, los teólogos gallegos abogan por actualizar la predicación. El sacerdote Luis Rodríguez ve en las palabras del Papa una oportunidad para lograrlo. "No es lo mismo que esto lo diga un cura que sea el Vaticano. Hasta los más reacios reflexionarán y es posible que las predicaciones cambien para poder explicar esta definición a los católicos", concluye.