La mayoría de los ejecutivos autonómicos coinciden en que las arcas públicas no tienen dinero para financiar los fármacos para dejar de fumar, en plena crisis, pese a que la ministra de Sanidad, Leire Pajín, se haya planteado incluirlos en la cartera de servicios del sistema sanitario.

En el caso hipotético de que los 12 millones de fumadores que viven en España decidieran cortar con la nicotina, apoyados por una terapia farmacológica que puede costar unos 300 euros anuales por persona, la sanidad pública tendría que desembolsar 3.600 millones de euros al año.