Cada vez son más quienes se inclinan por las lentes de contacto para corregir sus problemas de visión. Estos usuarios están encantados con ellas pues evitan llevar gafas y se sienten mejor porque nadie sabe que las utilizan. Se calcula que el 3% de la población que necesita corrección óptica usa lentillas por resultarles más cómodas que las gafas.

Los avances de la investigación han permitido que la eficacia de este tipo de prótesis avance enormemente y se adapte a todas las situaciones vitales y problemas oculares. Se pueden llevar en avión, al hacer deporte, en el trabajo ante el ordenador, etc. Las primeras eran rígidas, después se comercializaron las blandas y ahora las hay de todo tipo. También ha mejorado su adaptabilidad, pudiendo elegirse entre las de uso diario y las de uso prolongado, siempre bajo la supervisión profesional del óptico.

No obstante, sigue siendo imprescindible el trabajo de los ópticos, pues las lentes de contacto requieren una adaptación previa porque se colocan directamente sobre la córnea. Estos profesionales se encargan de seleccionar el modelo más adecuado para el usuario, la talla que el ojo del paciente precisa, la graduación de la lente para alcanzar la mayor agudeza visual, la información precisa para su uso adecuado y el seguimiento de la evolución del ojo tras la adaptación exacta de la lente.

Cuando los usuarios no siguen estas pautas, el mal uso de las lentillas provoca problemas oculares como: queratitis, conjuntivitis, erosiones epiteliales, formación de neovasos en la córnea e infecciones por falta de oxigenación del ojo e higiene de las lentillas.

Los síntomas descritos con mayor frecuencia incluyen sensación de sequedad y arenilla, picor, visión borrosa, disminución de la agudeza visual, dolor al sacar la lente, lagrimeo, fotofobia, irritación y enrojecimiento. Deben ser consultados al óptico, quien valorará la necesidad de remitir al usuario al oftalmólogo para ser tratado del problema concreto.

Los mayores riesgos se centran en el uso de lentes defectuosas y/o caducadas, la falta de higiene y limpieza de lentillas, ojos y párpados, la utilización de líquidos de limpieza en mal estado y la falta de seguimiento de las indicaciones del especialista.

Los consejos para evitar problemas son estos:

-Sacarse las lentillas como mínimo una hora antes de acostarse.

-No ponerlas hasta salir de casa.

-Evitar usarlas para ducharse o bañarse en el mar o piscinas por el riesgo de perderlas. Jamás en la sauna.

-Llevar siempre el estuche y líquidos de limpieza para cualquier apuro.

-Meter en la maleta todo lo necesario para su uso correcto durante los viajes.

-Lavarse las manos con jabón líquido sin aceites, lociones o fragancias y aclarar bien antes de manipularlas. Secarse con toallas que no dejen pelusas.

-No usar agua del grifo para su limpieza. Tampoco saliva.

-Aplicar los líquidos recomendados sin cambiar de mecanismo de limpieza ni reutilizarlos.

-Lavar adecuadamente el estuche.

-No reutilizar las desechables.

-Maquillarse y desmaquillarse sin las lentillas puestas.

-Consultar cualquier reacción anómala en caso de embarazo o consumo de medicamentos (antihistamínicos, anticonceptivos orales, diuréticos, etc.).

-Los fumadores deben extremar la limpieza.

-Retirarlas del ojo al notar la menor molestia al colocarlas por la mañana. Observarla por si la hemos colocado al revés o tiene algún problema.

-Si hemos pasado mucho tiempo con ellas puestas y hay dolor nocturno al sacarlas, poner lágrima artificial y sacarla cuando el ojo esté bien humectado.

-Nunca colocar la lente rota aunque sea una rotura pequeña.

-Al menor síntoma ponerse gafas y, si persiste, acudir al oculista.

Jamás se deben comprar fuera de los establecimientos especializados. Las lentes de contacto adquiridas a través de internet son completamente inadecuadas.

En esos casos, los usuarios no revisan su vista, no siguen los consejos de utilización, no hacen el seguimiento adecuado ni comprueban la graduación.

Recordar también que las lentillas de fantasía (utilizadas para disfraces o en momentos puntuales de fiesta) pueden provocar graves daños oculares. No deben utilizarse sin el asesoramiento de los profesionales.