El "descontento" de la profesión médica gallega con sus condiciones laborales y el maltrato que, según ellos, reciben de la Administración sanitaria de Galicia no solo está empujando a muchos facultativos a marcharse a trabajar fuera, sino que algunos estudiantes ya no esperan a completar su formación y deciden directamente acudir a Portugal para preparar el MIR -examen para obtener el título de especialista- con la intención de establecerse como médicos en el país vecino. Según el Colegio de Médicos de Galicia, hay actualmente cursando el MIR en el área norte del país vecino un total de trescientos gallegos.

Son datos aportados por sus colegas lusos, la Ordem dos Médicos de Portugal. Según el colegio gallego, se trata de un fenómeno reciente y no tienen constancia de que estos estudiantes, una vez completada su formación, regresen a trabajar a Galicia. "La colegiación es obligatoria. Si volviesen lo sabríamos, pero no es así", explica el presidente de los médicos gallegos, Luis Campos Villarino. La razón fundamental de esta fuga de estudiantes a Portugal para preparar el MIR es que en el país vecino las pruebas son más "asequibles" y además tienen más posibilidades de optar por la especialidad que ellos desean.

Hay ciertas áreas como cirugía plástica, pediatría, cardiología o dermatología que están muy demandadas y en Galicia existe una dura competencia para hacerse con una de estas plazas. Por el contrario, pocos son los estudiantes que aspiran a convertirse en médicos de familia. Es más, algunos MIR, prefieren quedarse sin plaza antes que elegir destino en esta especialidad. Los facultativos gallegos ya habían denunciado que un 15% de los futuros médicos se cambiaba de especialidad al año siguiente de empezar el MIR para entrar en la rama hospitalaria.

La ventaja de realizar el examen en el norte de Portugal, una región que siempre ha sufrido un importante déficit de médicos, es que los gallegos tienen más oportunidades de entrar en la especialidad deseada, y eso a pesar de la grave crisis que azota al país vecino. "El reconocimiento social y laboral de los facultativos sigue siendo allí mayor que aquí en Galicia", explica Campos Villarino.

El presidente del Colegio de Médicos de Galicia denuncia que los facultativos que trabajan en la comunidad autónoma están "descontentos", "desmotivados" y que cada vez hay más casos de profesionales quemados o con síndrome de burn out.

Las razones de este malestar son varias. Según se quejan desde el colegio gallego, tanto la Administración central como la gallega están limitando su libertad de prescripción, primero con el catálogo gallego de medicamentos, que ahora está suspendido por el Tribunal Constitucional, pero también con el listado de fármacos que impone el Gobierno central.

Los médicos gallegos se quejan además de que la Consellería de Sanidade no ha avanzado en la regulación de su carrera profesional, a través de la cual se fija un baremo de méritos y un escalafón de grados. "Ahora mismo hay facultativos que podrían promocionar ya a un régimen superior y no lo pueden hacer porque no se ha desarrollado la carrera profesional", lamenta Campos Villarino. "No se trata solo de ser economicistas y pensar en ganar más dinero sino de obtener un reconocimiento", argumenta.

El Colegio de Médicos de Galicia se reunió este mes con el rector de Santiago, Juan Casares Long, para que le explicase cómo se va a aplicar la descentralización de la formación práctica en la Facultad de Medicina, que empezará a impartirse no solo en el Complejo Hospitalario de Santiago, sino también en el de A Coruña y Vigo.

"Estamos preocupados por esta cuestión y queremos ver cómo se va a articular", explica Campos Villarino. Según dice, tiene sus dudas sobre si lo correcto es que los profesores que den las clases dependan orgánicamente de los hospitales.

"Entonces serían ellos los que tendrían que aportar la dotación económica. Pero realmente depende de la universidad", aclara el presidente del Colegio de Médicos de Galicia.