El ministro de Justicia, Francisco Caamaño, ejerció ayer como auténtico Notario Mayor del Reino en una magistral exposición acerca de la dificultad de unificar el derecho privado en el conjunto de la Unión Europea durante el 11º Congreso Nacional de Notarios que se desarrolla en A Toxa. La "autonomía de la voluntad" es el eje de los discursos que los fedatarios públicos se han marcado en unas jornadas en las que se analiza el devenir de asuntos jurídicos tan comunes como prolijos, respecto a familia, herencias y sucesiones.

El ministro, aunque en un foro profesional muy especializado, integrado por casi 200 notarios de toda España, fue claro en una exposición que parte de que aunque la ley del notariado, que el próximo 2012 cumple 150 años, "se mantiene en vigor", es el momento de adelantarse para adaptarse al actual estado de libertad; en particular por formar parte de la Europa de los 25, con divergencias en materias del orden civil y mercantil.

Libertad, ciudadanía y familia en el nuevo contexto europeo fueron las claves que abordó el ministro, quien sacó a colación las dificultades para conciliar normas tan básicas como el matrimonio entre ciudadanos de distintos países, el divorcio, la fiscalidad de las herencias o las pensiones compensatorias.

Para ello fue muy clarificador a la hora de recordar anécdotas como la sorpresa que llevó la ministra sueca de Justicia cuando Caamaño le explicó que en España existe una pensión compensatoria a favor de la mujer divorciada "si bien en los países nórdicos se considera este hecho una discriminación porque tanto pierde la mujer como el hombre", entienden.

Pero las situaciones diferentes se observan en otros muchos ámbitos jurídicos, pues incluso existe un problema de "desconfianza" hacia ciertos países, sobre todo los de reciente integración, y de ahí que entienda que "unificar el Derecho Civil europeo no es tan fácil". El ministro de Justicia cree que todavía faltan años para homogeneizar las leyes civiles de los 25, pues en la actualidad todavía son muchos los que pueden poner en duda la capacidad de un país como Ucrania, que acaba de incorporarse a la Unión Europea, en materias tan sensibles como las adopciones, ya que incluso podría dudarse del funcionario de turno.

Caamaño reconoce que todos los países europeos han expresado la "voluntad política", de forma "cierta y sincera", para dar el salto definitivo a la hora de ser unívocos en normas que regulan la autonomía de la voluntad. De todos modos, el trayecto es todavía largo porque son muchos los aspectos sensibles a abordar. Otro de los puntos de su ponencia fue el relativo a sucesiones, una materia que genera grandes problemas en España "donde hay muchos extranjeros que residen largas temporadas".

Los expertos han dado un primer paso importante a la hora de determinar este derecho, pues prima la "voluntad del causante" a la hora de elegir bien el Derecho español, el Derecho de su país de origen u otro que él decida". Pero este primer paso apenas es significativo a su juicio porque después vienen otros muchos "escalones".

"En estos casos aparecen luego otra multitud de problemas pues puede surgir el hecho de que el testador proponga un domicilio en el que reside con cierta habitualidad, o el lugar donde se ubiquen sus bienes e intereses en juego". En estos casos también habrá que tener presente la legislación fiscal de cada uno de los países. En su exposición se refirió a otros momentos complicados para el Derecho Civil como el problema que genera un accidente de tráfico de una ciudadana extranjera embarazada en España. "El nasciturus no tiene el mismo estatus jurídico dentro de la Unión Europea, por lo que en el futuro es preciso saber quién va a conocer de esto", sostiene. ". Caamaño cree que los notarios han de tener un papel fundamental en estos procedimientos.