Poco margen de error tienen quienes dejaron para última hora lo que pudieron hacer a lo largo del curso, pero no todo está perdido si se utilizan las técnicas de estudio adecuadas y el año escolar no se ha pasado del todo en blanco. Hábitos recomendados por los pedagogos para las rutinas de aprendizaje como aplicar reglas mnemotécnicas o hacer -que no usar- chuletas pueden ayudar a los estudiantes a salvar los muebles en el último momento, según el presidente de la Asociación Profesional de Pedagogos de Galicia, José Manuel Suárez Sandomingo, quien incide en que "lo que no se hizo en un año no se puede hacer en un mes, ni en una semana".

El presidente de los pedagogos gallegos señala que "lo que se puede hacer ahora a última hora es repasarlo, ya no estudiarlo a fondo, y para eso hay que tener asimilados esos contenidos y, de alguna manera, también estructurados", pero apunta que, aun in extremis, "se pueden hacer ciertas cosas". Las reglas mnemotécnicas son una de las opciones que el pedagogo enumera, tanto para estudiar con calma a lo largo de todo el año académico como para apaños de urgencia. Suárez recomienda esta técnica, mediante la cual se memorizan palabras o ideas "que asimilen determinados conceptos" o "reglas donde se condensan determinadas informaciones que para uno, luego al reproducirlas, le puede dar sentido y contenido", ya que "todos guardamos la información de una forma lógica, aunque para los demás no sea tan lógica".

Los diagramas o árboles de ideas son también recursos eficientes para "enlazar conceptos", según el experto, además del más célebre de todos los salvavidas para estudiantes perezosos: las chuletas. Aunque Suárez alaba su utilidad como técnica de estudio, no como método para aprobar sin estudiar. "Hacer chuletas exige una máxima concentración en el detalle de la información que se está poniendo. Eso es asimilar. Lo que hace el estudiante es comprender los pequeños pasos de la información, se fija en cada cosa que pone porque quiere poner en el mínimo sitio el máximo contenido", explica Suárez, que ve las chuletas equivalentes a los resúmenes, otro buen modo, asegura, de fijar ideas: "Cuando uno hace resúmenes, de alguna manera está dándole vueltas a la información para que con menos espacio se puedan decir más cosas".

El trecho final no tiene por qué pasarse en solitario. El presidente de los pedagogos de Galicia elogia también ciertas ventajas de recibir ayuda para estudiar o hacerlo en grupo. Tomar la lección se mantiene como uno de los métodos aconsejables, según Suárez, para asimilar conocimientos, siempre que quien ayude al alumno lo haga "sin presionarle". El pedagogo explica que "si hay presión, el que estudia pierde la paciencia, porque ya está en situación límite, y al final pierde los nervios. La concentración debe ser pausada, no estresante. Ya bastante tiene él con saber lo que aún no aprendió".

Rodearse de amigos viene bien también de cara a la preparación de los exámenes. José Manuel Suárez asegura que repasar con un compañero o en grupo puede resultar estimulante. "Cuando uno estudia con otros, está también tomándoles la lección y comparando si saben más que él o no. Está muy atento y eso da un refuerzo extra a la información que se quiere asimilar", sostiene el pedagogo.

El tiempo y el espacio tienen su parte de influencia en el estudio. El aspirante a aprobado debe ser consciente de cuánto sabe de cada materia y no redundar en las que más le gustan en detrimento de las que menos domina. "No se trata de lograr un punto más en las asignaturas que ya se saben, sino de repasar lo que no está bien aprendido, porque la cuestión es aprobar o suspender. Uno tiene que buscar los tiempos para tratar de aprobarlo todo", defiende el presidente de los pedagogos de Galicia.

El lugar escogido para estudiar tampoco es baladí. "Es mejor en una sala que esté bien iluminada, en la que no haya demasiadas cosas", afirma Suárez, quien matiza que "cada uno tiene sus propias armas" y pone como ejemplo el caso de estudiantes que "decoran" el cuarto con los apuntes. Frente a los que prefieren la soledad, muchos estudiantes rinden más si están rodeados de gente en su misma situación. Las bibliotecas son una buena solución, señala el experto, para aquéllos que abandonan con demasiada frecuencia su mesa de estudio para visitar el frigorífico o el televisor. "En un sitio donde ves que los demás no levantan cabeza, dices 'estudio o me voy, pero aquí no se puede hacer otra cosa, estoy a lo que estoy'. Los demás ejercen una presión de que van a aprobar y él no; entonces hay una comparación y, por lo tanto, una motivación", señala Suárez, que rechaza en el uso de sustancias como cafeína o centramina ya que, asevera, tienen "efectos contraproducentes".