Un total de 170 invitados se dieron cita en la tarde de ayer en el Pazo de Oca de A Estrada para asistir a la boda entre Tiziana Domínguez, hija pequeña del diseñador gallego Adolfo Domínguez, y el subsecretario de Estado de Comercio de EEUU, el canario Juan Verde. Entre los asistentes estuvieron numerosos altos cargos del país americano -entre ellos tres viceministros, varios secretarios de Estado y asesores del presidente Obama- así como el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien llegó al evento con la boda finalizada para unirse al ágape que tuvo lugar posteriormente en los jardines del llamado "Versalles gallego".

El pazo estradense fue el escenario de la cena pero no del enlace matrimonial. El hecho de tratarse de una boda civil y no religiosa obligó a los novios a buscar un lugar alternativo para celebrar la ceremonia, ya que no está permitido celebrar este tipo de enlaces dentro del recinto. Este problema se solucionó gracias a un vecino del lugar, que cedió su finca, anexa al pazo, para poder realizar la ceremonia.

El enlace dio comienzo en torno a las 18.00 horas, minutos después de que tres grandes autocares dejasen en la plaza del pazo a los invitados, todos ellos alojados en establecimientos de Santiago. Ya en el lugar, tuvo lugar una ceremonia sin grandes aspavientos y en la que las personalidades tuvieron que sentarse en alpacas de paja adornadas para la ocasión. Los votos precedieron a los discursos realizados por cuatro allegados, entre ellos el modisto Adolfo Domínguez. Con el emotivo discurso del novio se dio por finalizada la ceremonia.

Posteriormente, invitados y novios se desplazaron a la plaza del pazo, en donde los aguardaba en formación la Banda de Gaitas de Ourense. Allí, los novios accedieron a un breve posado para los medios de comunicación, antes de meterse en el pazo para realizar, ya puerta cerrada, una celebración que iba a prolongarse hasta altas horas de la madrugada.

De esta manera se puso punto y final a un evento que comenzó a prepararse hace semanas, lo que motivo una continua presencia de los novios y sus allegados en el Pazo de Oca.