Tampoco la educación se escapa a la crisis económica. A pesar de que los padres se siguen preocupando por la formación escolar de sus hijos, es época de dificultades y toca apretarse el cinturón. Según las academias de enseñanza de Primaria, ESO, Bachillerato y formación superior de Galicia, las familias confían en las clases particulares para mejorar el rendimiento académico de sus hijos pero debido a la recesión económica optan por contratar menos horas de apoyo a la educación para disminuir costes.

Las academias Aula Magna y Salgado de A Coruña y Vigo, respectivamente, declaran que, aunque no advierten un descenso en el número de alumnos que ocupan sus aulas, sí notan un descenso en el número de horas que acude cada uno. El centro de estudios Aristos en Vigo afirma que "los jóvenes que solían recibir clase para cuatro asignaturas ahora solo lo hacen para dos materias". Las academias explican que "antes impartían a algunos alumnos lecciones durante toda la mañana y ahora se limitan a darles clases un par de horas".

Aula Magna detalla que "aunque una hora diaria en estas escuelas puede suponer un consumo de 90 o 100 euros al mes, los precios que establecen estas escuelas dependen también del número de asignaturas que se impartan a cada alumno". Por ello, los centros de enseñanza se ponen de acuerdo en explicar que, para reducir costes, los padres prefieren que sus hijos estudien más tiempo en casa aquellas asignaturas de "hincar los codos" tales como historia o literatura y que en pasantía reciban lecciones de física o matemáticas. Esto se traduce en que los alumnos acuden la mitad de tiempo a academias de apoyo a preparar sus materias.

El director de la academia Salgado admite que, aunque la formación educacional de los jóvenes es importante para los padres, la prioridad ahora es reducir el gasto familiar. Como ejemplo, confirmó que en el año pasado las familias podían gastar unos 180 euros mensuales por un curso de refuerzo de varias asignaturas. Ahora este gasto se reduce a la mitad.

La academia santiaguesa Pasantía reconoce que la crisis provoca que las familias duden más acerca de contratar estos servicios de formación particular y, por lo tanto, tarden más tiempo en enviar a sus hijos a los centros de enseñanza. Además perciben una bajada considerable en el número de universitarios que acuden a clases de apoyo en verano porque el plan Bolonia, que regula las enseñanzas en las universidades, eliminó los exámenes de recuperación de septiembre, que ahora se realizan en julio.

Pero no todo son malas noticias para el sector. Debido a la falta de empleo, la inscripción en estos centros de gente que decide preparar el acceso a la universidad o a un ciclo superior se puede duplicar en algunos casos. La academia Logos observa un repunte en la demanda de preparación de la selectividad entre los jóvenes. Casi todos los centros de enseñanza coinciden en señalar que existe una mayor preocupación por la preparación académica ya que una formación adecuada puede facilitar el acceso a un puesto de trabajo. La media de edades de estos alumnos ronda entre los 20 y 22 años, aunque son muchos de todas las edades que deciden volver a estudiar para poder competir en el mercado laboral.

Este incremento de alumnado repercute especialmente en los ciclos de Formación Profesional con mayor salida laboral.