Los cuadernos de vacaciones -libros destinados a que los alumnos repasen durante el verano lo aprendido en el curso- no pasan de moda. Pese a que las webs que ofrecen ejercicios, problemas o juegos didácticos se han disparado en los últimos años, las ventas de este material escolar se mantienen en A Coruña. "Es un producto que sigue vendiéndose muy bien", indican fuentes de Carrefour, dónde reconocen, sin embargo, que las ventas son estables y que no aumentan desde hace varios años. Por su parte, los pedagogos gallegos alaban estos manuales al asegurar que son los únicos que "combinan ejercicios prácticos con contenidos teóricos", la clave para estimular la memoria y llegar a septiembre con la materia bien repasada.

"Es muy bueno que los alumnos recurran a estos libros durante el verano porque simplifican los contenidos de todo el curso para que a los pequeños les sea más asequible, más fácil estudiarlos", indica el presidente de la Asociación Profesional de Pedagogos de Galicia, José Manuel Suárez, quien apuesta por extender este modelo de aprendizaje a las aulas para mejorar el rendimiento académico de los pequeños. Para este pedagogo gallego la clave del éxito de estos manuales está en combinar práctica y teoría. Por ello, asegura que de nada sirve que los padres pongan ejercicios por su cuenta ya que faltarían los contenidos de base. "Lo más importante es el contenido, sin aprender la teoría no se puede hacer la práctica. Por ello, los ejercicios de la familia deben ser un complemento a estos libros que están elaborados por profesionales del sector educativo", sostiene.

Pese a que las editoriales ofrecen cuardenillos de repaso para todos los cursos de Educación Infantil, Primaria y Secundaria, los pedagogos gallegos recomiendan comenzar a usarlos sólo a partir de 3º de Primaria, en niños de 8 y 9 años. "Mientras los alumnos tienen sólo un profesor para casi todas las materias apenas es necesario repasar en verano. A partir de tercero, cuando hay un docente por asignatura, el nivel de exigencia es mayor porque es cuando realmente tienen que aprender a estudiar, a resumir, son evaluados...", indica José Manuel Suárez, quien asegura que lejos de tratarse de un producto para alumnos que suspenden, los cuadernillos de vacaciones son para todos. "Hoy en día es habitual que los pequeños aprendan los contenidos del curso -normalmente novedosos- únicamente para aprobar el examen y no los retengan. Si queremos que perduren y que el pequeño llegue a septiembre con una base de lo aprendido el curso anterior es necesario repasar en verano", indica este pedagogo, quien sólo ve ventajas en recurrir a los cuadernillos de vacaciones. "Son muy útiles para ejercitar la mente y la memoria, algo importante para cualquier persona", añade.

A la hora de saber con qué frecuencia deben hacer los niños tareas de repaso en verano, los pedagogos aseguran que no hay un patrón único, pero aconsejan seguir unas rutinas. "Cada niño es un mundo. No es necesario hacer ejercicios todos los días pero sí que haya una dinámica establecida, unas rutinas de cuándo debe hacerse y por supuesto, preguntar la lección para ver que el niño retiene lo estudiado", indica Suárez.