Como suele ocurrir la mayoría de los veranos, el ministro general de la Orden Franciscana recarga pilas en su localidad natal, Lodoselo (Ourense), junto a su padre, Ángel, su hermana, Josefina, su cuñado, Francisco Rodríguez, y varios sobrinos. Ayer mismo se trasladó a Madrid, para "participar activamente" en la Jornada Mundial de la Juventud y estar con el Papa.

-¿Con esto no pone punto final a sus vacaciones?

-Regresaré a Lodoselo para estar aquí una semana más. Y a finales de agosto tendré un encuentro en Barcelona con los frailes y las clarisas de Cataluña, antes de regresar a Roma.

-¿Qué opina sobre la polémica que ha generado el coste que va a suponer la visita del Papa, en un momento de crisis?

-La Jornada Mundial de la Juventud no le va a costar nada al pueblo español. Todo lo que dicen es demagogia. Basta con que cada joven que vaya a Madrid tome dos aguas minerales y un par de cafés al día para compensar los gastos, sin contar lo que se van a dejar en comida y demás. La visita del Papa ayudará a vender España y generará superávit. La Jornada Mundial de la Juventud es un escaparate importante para promocionar España. Y de la misma forma que la visita de Benedicto XVI a Santiago no causó ninguna carga económica para Galicia, esto tampoco va a ser un peso para España. La Jornada Mundial de la Juventud se autofinancia por completo. Ya están publicados los gastos y los ingresos... No cabe duda de que, desde el punto de vista material, va a redundar en beneficio económico; pero además va a generar beneficio espiritual, ético y moral, que es lo que necesitamos. La crisis económica no es lo peor que nos puede suceder. Estamos viviendo una crisis de valores muy fuerte. Hay que plantearse esto seriamente, porque el dinero sin valores no llena al hombre.

-Tampoco se puede descuidar la crisis económica.

-Necesitamos una economía saneada. Hay que afrontar la crisis económica con valentía, pero conscientes de que la crisis fundamental que vivimos hoy es una crisis de valores, una crisis espiritual. Basta con abrir los ojos, basta mirar con una mirada limpia, sin perjuicios, para comprender que esta visita papal, igual que las anteriores, va a resultar muy positiva, además de demostrarnos que la juventud de hoy no son solo los jóvenes del botellón.

-De todas formas, es triste que se mire un acto de estas características desde el punto de vista materialista.

-Por supuesto, y sobre todo que se mire con una mentalidad ideológica. Las ideologías muchas veces matan valores. Dentro de una democracia, el respeto al otro, al diverso, es absolutamente necesario. Y lo que pedimos en este momento los católicos no es nada extraordinario. Pedimos que se respete a un líder espiritual, que no solo es reconocido como tal por los católicos, sino que lo es por los no católicos y por los no cristianos.

-Hay quien protesta por las molestias y por que se cierren las calles...

-¿Cuando hay otro tipo de eventos, visitas y manifestaciones no se cierran las calles? Eso no tiene sentido.

-Esta es la tercera vez que Benedicto XVI visita España.

-Efectivamente, Benedicto XVI tiene una debilidad especial por España. Ya estuvo en las ciudades de Valencia, Santiago de Compostela y Barcelona, y ahora viene a Madrid. Y yo creo que España lo va acoger como se merece. Es completamente excepcional que visite un país tres veces.

-¿Usted tiene una relación fluida con él?

-Este año tuve una audiencia privada con el santo padre y me lo encontré en otras tres ocasiones, en distintas visitas. La última fue en San Marino. Se hospedó en nuestra casa. Y el 27 de octubre estaré de nuevo con él en Asís.

-¿Qué preocupaciones y directrices le trasladó el Papa?

-El santo padre lo que nos pide es fidelidad a la vocación y compromiso por la evangelización. Que estemos muy cerca del pueblo. Eso es lo que nos pide el Papa y lo que corresponde a nuestra misión y a nuestra vocación de franciscanos.

-¿Se sienten valorados por Benedicto XVI?

-Mucho. Él conoce a fondo nuestra espiritualidad, nuestra forma de vida, y nos sentimos muy acogidos y muy valorados por el santo padre.

El detenido por planear atentar contra los participantes de la marcha opuesta al coste público por la visita de Benedicto XVI era voluntario de la Jornada Municipal de la Juventud (JMJ) y fue arrestado precisamente cuando realizaba labores de apoyo a los peregrinos en las instalaciones de Ifema, según informaron ayer fuentes jurídicas. El joven mexicano, de 24 años, estudiaba en el Instituto de de Química Orgánica General del CSIC y planeaba atacar a los manifestantes con gases asfixiantes. El arrestado había anunciado de sus intenciones en varios foros de internet, según informaba ayer el diario mexicano La Jornada, en donde también se mostraba crítico con el colectivo homosexual. "Esta es mi lucha. A matar maricones y cualquier aberración antihumana durante sus manifestaciones en contra de la Iglesia católica", escribía el detenido en un foro.