Son las seis de la tarde del 5 de septiembre y en un patio de vecinos inmenso en la zona de la comunidad armenia en Jerusalén Este, centenares de niños y adultos aguardan. Un joven de pelo ensortijado habla por teléfono, interrumpe una entrevista y se adentra en el escenario para introducir a un artista. El presentador es Iván Prado, un gallego que, tras años de trabajo, ha hecho realidad uno de sus sueños: celebrar el primer Festiclown Palestina tras más de una década de esta iniciativa en Galicia.

Desde la pasada semana hasta mediados de mes, miles de palestinos de Jerusalén, Nablus y Ramallah disfrutarán cada día desde la mañana a la noche en escuelas, hospitales y otros lugares de las actuaciones de payasos así como de prestidigitadores, como el también gallego Mago Teto.

Su fin, mantener la esperanza con el clown como única arma, aprovechando "su punto de felicidad" con "la perspectiva de cambiar el mundo para hacerlo más justo".

La elección de Palestina no ha sido fortuita. "Fueron ellos, los palestinos, confiesa Iván Prado, los que me han descubierto el valor de la humanidad, que a pesar de estar bajo la guerra y la locura es posible la esperanza. Como artista, la fuerza de este pueblo es un alimento extraordinario. Fue una revolución en mi vida conocerlos. Por supuesto, cometen errores... pero la cantidad de gente que nos regala una sonrisa... Eso es tan fuerte que se te pone la carne de gallina".

La primera vez que acudió a la Franja era el año 2003, "jugándose la vida en acciones junto al Muro". Ahora, regresa y, precisamente, hoy, elegirán una porción de esa mole de cemento para realizar una intervención. Será la semilla de un árbol que ha sido bautizado como Artists agaisnt the wall (Artistas contra el muro), una entente nacida hace dos días y en la que también participan Leo Bassi y Patch Adams que tienen en mente junto a Prado poner en marcha el Checkpoint Festival, una amalgama de microfestivales dedicados a los puntos de control militares israelíes en el muro levantado por el gobierno judío para separar a los palestinos.

Ante la inminente reunión en la ONU para decidir sobre el Estado palestino, Prado duda de que el "primer mundo" deje de "dar la espalda al pueblo palestino", una gente que "nos para por la calle, nos regala cosas, nos abraza y nos invita a café". Por muy grata que sea la experiencia, el gallego, sin embargo, sueña que "el Festiclown Palestina desaparezca. Sueño que Palestina sea una tierra liberada. Mientras tanto, seguiremos viniendo si no es cada año, cada dos". Prado tampoco se olvida de sus paisanos: "Agradecemos a la gente de Vigo la posibilidad de estar aquí con el dinero recaudado en el último Festiclown en la ciudad".