Sanidade recurrirá a la colaboración público-privada para renovar los equipos de alta tecnología de los hospitales que se quedan obsoletos para el diagnóstico y el tratamiento de los pacientes. Modernizar los aparatos para realizar TAC, resonancias magnéticas, radiografías digitales o mamografías en los centros hospitalarios actuales, así como comprar estos equipos para dotar al nuevo hospital de Vigo y a los tres centros de alta resolución proyectados para Galicia, tendrá un coste de unos 200 millones de euros.

Así lo expresó ayer el diputado Miguel Santalices, encargado de presentar la proposición no de ley para "implantar un modelo de gestión que permita renovar la alta tecnología de los centros hospitalarios" que, en muchos de los complejos, según sus palabras, "lleva años sin cambiar y actualizar, por lo que es necesario solucionar este asunto". El PP aprobó en solitario la proposición no de ley, que opta por la "fórmula del diálogo competitivo" como "la más adecuada" para realizar una inversión "importante, de 200 millones" en la renovación de la alta tecnología hospitalaria. Cumpliendo los objetivos de la Estrategia del Sergas 2014, Santalices explicó que el diálogo competitivo se trata de un modelo novedoso: la mejor salida en una etapa de limitaciones presupuestarias como la actual, "que permitirá gestionar con eficacia, al margen del ciclo económico que vivimos, y garantizar los servicios sanitarios". Según el diputado, la modalidad incluye la adquisición de los equipos y su mantenimiento y será un contrato por ocho años. "Mediante el diálogo competitivo, las empresas elaboran sus propuestas, se elige la mejor, y se abre una fase de negociación para mejorar la oferta del licitador final", expresó el diputado.

El diálogo competitivo es un tipo de adjudicación de contratos "por procedimiento extraordinario" incluido en la propia ley de contratos del sector público de 2007. ¿Qué tiene de particular? Suele recurrirse a esta fórmula cuando el contrato "es muy complejo y el órgano de contratación no se encuentra objetivamente capacitado o con los medios necesarios para satisfacer las necesidades o determinar la cobertura jurídica o financiera de un proyecto", según los supuestos de aplicación recogidos en la Ley 30/2007 de Contratos del Sector Público. Mediante esta fórmula son las propias empresas que participan en el concurso las que "desarrollan las soluciones para satisfacer las necesidades del órgano de contratación". Es decir, en este caso, no serían los técnicos del Sergas los que definen en el concurso qué aparatos desean para sus hospitales sino que las propias empresas participan en la elaboración del contrato y definen las características de los aparatos que ellas mismas proporcionarán a la Administración pública, incluso con la posibilidad de participar en su gestión y financiación. Cuando es la empresa la que toma la iniciativa, el artículo 164 de la ley establece que los contratos de colaboración entre el sector público y el privado se adjudicarán por el procedimiento de diálogo competitivo.

"Lo que se le pide en estos casos a la iniciativa privada es la realización de los proyectos al margen de limitaciones de los presupuestos públicos, transfiriendo al socio privado parte de los riesgos y la carga de correr con la financiación", argumenta un experto en contratación pública. Además, esta fórmula también implica una retribución a las empresas que participaron, con sus proyectos, en el diálogo pero que, finalmente no salieron elegidas. "Los órganos de contratación pueden establecer primas o compensaciones para los participantes en el diálogo", establece el artículo 163 de la normativa.

PSdeG y BNG rechazaron la proposición de ayer, al considerar que el diálogo competitivo "tiene unos costes de futuro". El diputado socialista, Modesto Pose, que enumeró los aparatos renovados con el plan de dotación tecnológica 2006-2009, votó en contra de la propuesta al advertir que los populares "buscan el aval del Parlamento para hacer una contratación más opaca". Ana Luis Bouza, del BNG, aconsejó al PP gallego "no meterse en líneas de colaboración público privada que nos dejarán atados un montón de años". "Compremos lo que necesitamos de verdad, no lo que los fabricantes nos dicen que necesitamos", añadió.