Galicia puede perder más de 88.800 habitantes en los próximos diez años, en caso de mantenerse las tendencias actuales, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), que prevé que el saldo vegetativo de la Comunidad gallega entre 2011 y 2020 sea negativo.

En concreto, el crecimiento absoluto anual en 2011, según el INE, sería de -7.329, de -7.547 en 2012 e iría incrementándose hasta los -10.666 habitantes en 2020.

Por provincias, en la próxima década sería A Coruña la que experimentaría un mayor descenso poblacional, con -27.162 habitantes; seguida de Lugo, con -25.499; Ourense, con -22.761; y Pontevedra, con -13.466.

De este modo, el crecimiento relativo por provincias en el periodo 2011-2020, sería de -2,41 en la provincia de A Coruña; -7,5 en la de Lugo; -7,02 en Ourense; y -1,42 en la de Pontevedra.

Por su parte, el crecimiento vegetativo se prevé, según los datos del INE, negativo en todos los años de la próxima década en Galicia, aumentando de -8.509 personas en 2011 a -14.389. De este modo, la gallega se situaría como la comunidad con el peor dato.

En cuanto al saldo migratorio exterior proyecto por Galicia iría en aumento progresivo entre 2011 y 2020, al pasar de las 1.076 personas este año a 2.455 en 2020. Esta tendencia se mantendría también, según las proyecciones del INE, en el saldo migratorio interautonómico, que subiría de 103 en el ejercicio actual a 1.268 en 2020.

Total España

España puede perder más de medio millón de habitantes en los próximos diez años, lo que supondría un descenso del 1,2% en relación con la tasa demográfica actual, en caso de mantenerse las tendencias actuales, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Así, la 'Proyección de la Población de España a Corto Plazo 2011 -2021', la población se reduciría hasta los 45,6 millones de personas dentro de diez años y España comenzaría a experimentar tasas de crecimiento demográfico "ligeramente negativas" en el presente año.

A lo largo de la próxima década, en España continuaría registrándose el paulatino descenso de la natalidad que se inició en 2009. Así, entre 2011 y 2020 nacerían en torno a 4,4 millones de niños, cifra que sería un 4,7% inferior a la de la década pasada, mientras que en 2020 se registrarían 396.417 nacimientos, un 18,1% menos que en 2010.

Según el INE, esta evolución de la natalidad se produciría a pesar de que la fecundidad mantuviera la tendencia ligeramente favorable de los últimos años, que llevaría al número medio de hijos por mujer a los 1,50 en 2020, frente a los 1,38 de 2010.

En este sentido, el descenso de nacimientos vendría determinado, fundamentalmente, por la estructura de la pirámide poblacional española, al encontrarse en edades fértiles aquellas generaciones de mujeres menos numerosas que nacieron durante la crisis de natalidad de los 80 y primeros de los 90.

A su vez, la tendencia actual llevaría la edad media a la maternidad a superar los 31,1 años a finales de la próxima década.

Más defunciones

Por otro lado, y a pesar del ligero decrecimiento en el número de habitantes, el envejecimiento poblacional determinaría un incremento del número de fallecimientos a lo largo de los próximos años. Así, en el periodo 2011-2020 se llegarían a registrar casi 4,1 millones defunciones, un 7,8% más que a las observadas entre 2001 y 2010.

En el año 2020 se producirían 415.386 fallecimientos, 9,7% más que en 2010 y, según recoge el estudio, en caso de mantenerse en el próximo decenio los ritmos de reducción de la incidencia de la mortalidad actualmente observados, la esperanza de vida al nacimiento se incrementaría en 2 años en los varones (hasta los 80,9) y en 1,5 años en las mujeres (hasta los 86,3).

Al mismo tiempo, la esperanza de vida a los 65 años se incrementaría en 1,4 años en los varones (hasta los 19,7) y en 1,3 en las mujeres (hasta 23,5). Además, el descenso de los nacimientos y el incremento del número de defunciones tendría como consecuencia una paulatina reducción del saldo vegetativo (diferencia entre nacimientos y defunciones) anual, que llegaría a ser negativo antes de que acabe la presente década.

Por otro lado, el flujo inmigratorio alcanzaría en 2011 un nivel en torno a los 450.000 inmigrantes, ligeramente inferior a los estimados para 2010 (465.169) y 2009 (480.974). A su vez, 580.850 personas abandonarían nuestro país para residir en el extranjero en el presente año, por lo que el saldo migratorio con el extranjero en 2011 se haría negativo (-130.850).

"Propensión a emigrar"

Los resultados de la proyección revelan una "propensión de la población" a emigrar al extranjero. Si así fuera, la migración neta se iría recuperando progresivamente en los próximos años, pero sin llegar a hacerse positiva, acumulándose un saldo migratorio de -945.663 entre 2011 y 2020.

En cuanto a la evolución de la pirámide poblacional, el descenso paulatino de la natalidad tendría como primera consecuencia una reducción de los niños menores de cinco años en 409.358 efectivos (un 16,5%) entre 2011 y 2021.

Además, se observaría también un ligero decrecimiento poblacional en los niños de cinco a nueve años, aunque la población que disminuiría "con especial intensidad" sería el segmento de entre 20 y 44 años. En conjunto, este tramo de edad sufriría una reducción de 3,7 millones de efectivos (un 21,3%) en dicho periodo, en caso de mantenerse las tendencias demográficas actuales.

Las grandes ciudades, perjudicadas por la emigración

La progresiva disminución del crecimiento natural de la población y los niveles "muy discretos o negativos" de la migración exterior serían los factores fundamentales que determinarían que ocho comunidades autónomas (Cataluña, País Vasco, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Galicia, Asturias, La Rioja y Extremadura) vieran reducida su población durante 2011 y también a lo largo de la próxima década.

En siete comunidades el número acumulado de defunciones superaría al de nacimientos en la próxima década. Así, el saldo vegetativo entre 2011 y 2020 resultaría negativo en Galicia, Castilla y León, Principado de Asturias, País Vasco, Extremadura, Aragón y Cantabria.

Por su parte, de mantenerse su tendencia actual, la cuantiosa emigración al extranjero contribuirá negativamente al crecimiento demográfico en varias comunidades autónomas, especialmente en aquellas que han recibido más inmigración en los últimos años. Tal es el caso de Cataluña, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana, País Vasco, Murcia, La Rioja, Navarra y Castilla- La Mancha.