El lanzamiento de un cohete ruso Soyuz con los dos primeros satélites del sistema de navegación Galileo fue aplazado hoy hasta las 10.30 GMT de mañana, viernes, debido a un problema técnico, informó la Agencia Espacial Europea (ESA).

"El problema no ocurrió en el Soyuz, sino en los sistemas en Tierra", explicó a la prensa desplazada a Kurú, en la Guayana francesa, el presidente de Arianespace, Jean-Yves La Gall.

El aplazamiento fue decidido al detectarse una anomalía durante el llenado de combustible del cohete Soyuz, según la ESA.

El sistema automático en Tierra que controla los conectores ha mandado una alerta al registrar una "bajada de la presión" inesperada, agregó Le Gall, quien explicó que los responsables del lanzamiento decidieron "vaciar los tanques y reemplazar la válvula" averiada.

Habrá "una nueva tentativa mañana a las 10.30 GMT", sujeta a una verificación, agregó el máximo responsable de Arianespace.

"Tendremos que ver si se puede reemplazar esa válvula y si nuestros equipos, que han pasado la noche en vela, pueden organizarse para una segunda noche sin dormir", añadió Le Gall, visiblemente contrariado.

Se trata de una cancelación de última hora decidida por los responsables de Soyuz, después de que en la reunión técnica previa organizada esta misma madrugada en la base de lanzamientos de Kurú se hubiera aprobado el lanzamiento en la fecha y hora inicialmente previstas.

"Hemos decidido a las 02.30 (hora local, 07.30 GMT) llenar los cohetes Soyuz. Al término de la tercera fase hemos detectado una anomalía en dos conectores que permiten esa operación", añadió Le Gall. "Sentimos un poco de decepción, pero nos dedicamos a una tarea difícil y esto es un nuevo ejemplo de ello", comentó Le Gall.

El director general de la ESA, Jean-Jacques Dordain, restó dramatismo a la cancelación y lo consideró normal en este tipo de operaciones.

El lanzamiento del cohete, el primero de un Soyuz desde el Centro Espacial Europeo de Kurú, tenía como misión poner en órbita los dos primeros satélites de los 30 que completarán la constelación Galileo, el sistema de navegación europeo que tiene previsto competir con el estadounidense GPS a partir de 2014.

El sistema Galileo es probablemente el programa más ambicioso de la historia aeroespacial europea y presume de ser el único de su especie bajo control civil.

La Comisión Europea (CE) ha invertido hasta ahora 5.000 millones de euros en el proyecto y cuenta con dedicar otros 1.000 millones más al año entre 2014 y 2020.

Los socios europeos defienden las ventajas que aportará el Galileo no sólo en materia de gestión de transporte (aumento de la seguridad, agilización de las operaciones, reducción de la cogestión y el deterioro del medio ambiente, etc), sino también en servicios para la agricultura, la pesca, la sanidad o la lucha contra la inmigración ilegal.